Ahora duerme, mi dulce princesa,
regresa a tu lejano onírico reino
bajo el manto blanco de Morfeo,
allí, donde la paz siempre reina.
Cierra sin temor tus bellos ojos
y desfallece entre mis brazos,
bajando lento peldaño a peldaño 
entre las blancas nubes.
Desciende a tu palacio dorado,
lleno de columnas de esperanza
que sostienen el cielo de tu esencia
y que forjaron la bóveda de tu ser. 
Arquitectura eterna de quien eres;
ser de bellos arcos a pares negros,
sobre marrones vitrales de tu alma
donde descienden cortinas onduladas.
Déjame contemplar tu frágil reino,
ver a través de la luz de tus vitrales
la suave topografía de tus tierras,
disfrutar de tus valles y colinas. 
Toma mi mano, llévame junto a ti
para reinar tus dominios eternos,
envuelveme en tu dulce manto
blancos de sueños eternos,
gobernemos juntos tu reino etéreo.
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                        Autor:    
     
	Mario Flores Abreu (Seudónimo) ( Offline) Offline)
- Publicado: 24 de enero de 2011 a las 13:11
- Categoría: Surrealista
- Lecturas: 3875

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