Caminamos tomados de la mano

Armando G.

Llueve,
como cada dia llovizna en Bogotá,
las nubes cubren los cerros,
es una imagen de sueños.
 
Caminamos por el mercado de las pulgas,
tomados de la mano
recorremos sitios hasta hoy desconocidos,
me muestras el encanto de Usaquén,
el teatro callejero en la plaza
disfrutamos del arte de músicos,
teatreros, malabaristas.
 
A la luz de las velas degustamos de la cena
en la casa “La tasita”
satisfacemos el apetito
mientras bebemos el exquisito vino.
 
Hablamos, tanto conversamos
el tiempo transcurre sin reparos,
necesitamos días de mas horas,
veinticuatro son muy pocas.
 
Hasta ayer desconocida,
hoy tu cuerpo he recorrido,
los placeres despertados,
en ti descubro cuanto amar puedo.
 
Me pensaba un triste hombre,
vacío, sin fuerzas para el amor
sin saber que de solo verte
despertarías mi pasión.
 
No me importan tus caderas
si disfruto de tus agresivos senos,
qué importa que existan más bellas
si les falta el calor de tus besos.
 
Cuantos deseos escondes,
cuanta morbosidad,
es que en el amor no tienes limite,
te entregas al disfrute con toda voluptuosidad.
 
Como fuego ardes en el lecho
mientras a mi te entregas en exceso
para el disfrute de tan diminuto cuerpo,
mas, inmenso en el amar.
 

 

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