Todos los días muero…
Muero al empezar el día,
al discutir con mis sabanas,
al peinar mi cabello, o lo que queda de él.
Cada día muero…
Soy espectador de mi propia vida
y mi enemigo es el reloj.
Mis manos trabajan para lo que no conservaré,
mi boca mastica por costumbre,
y camino por no aburrirme más.
Muero…
Caen las hojas en otoño
pero el árbol las vuelve a recuperar
Yo sin embargo muero…
y no hay nadie para impedirlo,
aunque no me entristezco por ello
si no porque me aburre esperar.
- Autor: ildo (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 4 de enero de 2011 a las 16:59
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 50
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