MADRE SUFRIDA palestina

David Goya

Esta es una historia

de la vida real;

de una madre sufrida,

que a pesar de su caída

siempre fue leal.

 

Paso que un día

aquella hermosa y joven mujer

por vez primera, su corazón entregaba;

pero ella no pensaba

que las flores de otoño,

o del amor un retoño,

el amor lo apagará.

 

Aquel hombre que amaba,

se mostraba indiferente,

negando su cariño

aquel inocente niño,

y huyendo de repente;

para siempre se alejaba.

 

Ahora esta madre, quedaba

con el pecho vacío,

y a la vez…, lleno de dolor;

nunca pensó que el amor

le causara hastío,

si de ella todo daba.

 

Solo le quedaba

una razón de vivir,

por el cual debía salir

del abismo que estaba;

y mientras olvidaba

aquel ingrato amor,

“otros amores” la puerta tocaba.

 

Pensaba en su conciencia

que el hombre y la ciencia

muchas veces se equivoca,

que talvez fue un error,

y que si lo suficiente no lo amaron

ya vendría, el verdadero amor.

 

En efecto se enamoró

de una persona “diferente”

(falsa apariencia), que sus ojos vieron;

quizás por el dolor

que en ella había quedado,

creyó que era el verdadero amor

que a su vida había llegado.

 

Todo marchaba bien

en el amor  y la costumbre,

aparecía que la felicidad

nunca acabaría;

y que solo faltaría,

un nuevo retoño.

 

Hubo un nuevo retoño,

un tierno cogollito

muy frágil y delicado;

(aquella azucena necesitaba más cuidado)

justo hay la abandonaron

sin importar que era otoño,

dejando a la suerte, la planta y su retoño.

 

Vino una mano piadosa,

a “cuidar”, la planta maltratada;

regándola día a día

de ella no descuidaba,

porque le parecía hermosa…,

y nunca se cansaba

de cuidarla con esmero

a la planta y su retoño…

¡El decía que era otoño

justo, cuando necesitaba,

un poco más de cuidado!....

 

Volvió a retoñar

por el cuidado que le daba;

y cada vez necesitaba

de atención y cuidado;

¡pero siempre al retoñar!

el jardinero se cansaba,

y justo hay la abandonaba!...

Esta pobre mujer

tenía tres hijos;

sin padres responsables;

tenía que luchar,

como quien quiere salvar su vida

de quien lo quiere matar.

 

Trabajaba como esclava

ganando una miseria,

para que el hambre no matará

a sus pequeños hijos.

(acción de una buena madre)

Que sabe amar!…

 

No creyó nunca más en el amor,

solo había fracasado

amando con el corazón sincero;

¡dijo! Si amando muero;

¡de qué me sirve tener a mi lado

algo que me cause dolor?

No quiero más amor

ni sus tontas fantasías,

son pura tonterías

que me causan dolor.

 

Desde entonces; se sacrificaba

por sacar  sus hijos adelante,

y lo poco que ganaba,

todo lo invirtió;

en el estudio que les dio

para que progresaran.

 

A llegado la felicidad,

acabo su sufrimiento;

sus hijos han devuelto,

su sacrificio con bondad.

 

Aquí acaba la historia

de aquella madre sufrida;

solo queda en su vida,

los recuerdos en su memoria.

 

Si alguna madre abandonada

tiene que sacrificarse

por sus hijos y por ella…,

todo de ella debe entregarse

para que sea recompensada.

 

Mujer abandonada;

si tienes un hijo

no sufras por amor;

ama tu hijo lucha por él,

y olvida el dolor.

  • Autor: David Goya (Offline Offline)
  • Publicado: 22 de diciembre de 2010 a las 20:58
  • Categoría: Familia
  • Lecturas: 23
  • Usuario favorito de este poema: lore25.
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Comentarios2

  • la negra rodriguez

    Cruda realidad de muchas mujeres del pueblo, es un magnifico poema.
    besos.

  • PATT

    DAVID:
    NO HAY AMOR MAS GRANDE Y VALIOSO QUE EL DE UNA MADRE!!!
    SEA CUAL FUERE LO QUE TENGA QUE PASAR, LA MAYOR RECOMPENSA QUE PUEDE RECIBIR ES EL AMOR DE LOS HIJOS!!!

    UN ABRAZO



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