A través del tiempo, a ti te amo

Luis Barreda Morán

A través del tiempo, a ti te amo

Hemos compartido un camino largo desde aquellos primeros días lejanos.
A veces el cansancio nubla mi vista con un deseo de soledad profunda.
Sin embargo, tras el paso constante de tantas estaciones y años,
tu voz cercana sigue siendo el sonido que anhelo escuchar en la penumbra.
Eres la conversación tranquila que me acompaña al final de la noche.

Mi mirada recorrió tu rostro diariamente con una rutina distraída.
Solo en la ausencia supe reconocer cada línea que el tiempo ha dibujado.
El frío invierno despertó en mí un anhelo por paisajes desérticos y calientes,
pero bajo un sol abrasador soñaba solo con la blancura de la nieve.
Así comprendí el verdadero valor de aquello que había dejado atrás.

Tus historias y tus gestos provocan en mi corazón una risa sincera y ligera.
Eres esa parte esencial que complementa y mejora mi propio ser.
Juntos seguimos encontrando pequeños momentos de alegría compartida.
La complicidad construida entre los dos permanece intacta y vibrante.
Eres la compañía que elijo una y otra vez sin dudar ni un instante.

Tu apoyo constante es el cimiento que me da fuerza para seguir adelante.
Es a ti a quien deseo tener a mi lado en cada viaje o camino por recorrer.
Nuestra aventura continúa llena de color y de experiencias por vivir.
La llama que encendimos en el principio todavía ilumina nuestro hogar.
Nada ni nadie podría ocupar el lugar que tienes en mi vida y en mi corazón.

El paso de los años transforma nuestro cariño en un metal precioso y durable.
Aunque nuestros cabellos muestran las huellas plateadas del tiempo que pasa,
este sentimiento mutuo se renueva cada mañana con una luz diferente.
Crece y se adapta como un árbol fuerte con raíces profundas y firmes.
Envejece con una belleza serena que solo la paciencia sabe conceder.

Anhelo el contacto tranquilo de tu piel y el calor de tu abrazo cercano.
Nunca me canso de tenerte cerca, pues cada instante parece un regalo.
Encuentro diversión en las cosas simples que hacemos juntos cotidianamente.
Eres la persona que calma mis preocupaciones con un gesto amable.
Eres la respuesta perfecta a cada duda o necesidad que he tenido.

Puedes alegrar mi estado de ánimo con tu presencia simple y reconfortante.
No cambiaría nuestro pasado ni nuestro presente por ninguna otra historia.
Mis sueños más placenteros están poblados de tu imagen familiar y querida.
Esa presencia llena de calma los espacios de mi mente durante el descanso.
Eres la razón por la que mi voz se eleva con emoción genuina y pura.

Sigues siendo esa persona especial a través de todos los cambios inevitables.
Nuestra unión perdura como un río que fluye constante hacia el mar amplio.
El afecto que nos une se fortalece con cada obstáculo que hemos superado.
Eres el destino al que siempre regreso después de cualquier tormenta o calma.
Eres la elección de mi vida, la historia que volvería a escribir sin cambiar nada.

Porque te he amado desde el principio,
te amo hoy con certeza,
y sé que te amaré siempre.

—Luis Barreda/LAB
Norfolk, Nebraska, EUA
Diciembre, 2025.

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