Relato: Los Pies Desnudos
Por: Srta. Zoraya M. Rodríguez Sánchez
Seudónimo: EMYZAG
“Los pies desnudos de Ana van a sentir frío,
desde que la lluvia en el suelo han palpado,
al torrencial aguacero”.
Ana va descalza con los pies desnudos por la acera donde el aguacero ha caído en una terrible tempestad. El frío encrudece de espanto, de desencanto, y de horrorizado camino con lluvia torrencial desde que Ana ha caído abajo por el acantilado. Los pies desnudos de Ana van palpando y acariciando toda la lluvia desde que ha caído el torrencial aguacero en la acera por donde ella va caminando y atrapando al torrencial aguacero. Ana no siente nada sólo el rico aguacero caer como lluvia torrencial desde su cabeza hasta sus ricos y placenteros pies que acarician el frío venidero de la lluvia en la acera. Ana no se fija en nadie más que sus pies están descalzos y los pies desnudos van con rica lluvia. Hasta que Ana percibe un tufo de alcohol y cigarrillo muy fuerte de un caballero detrás de Ana en la acera. Ella no lo ve y no lo mira y no lo observa que la ha atrapado entre escombros de lluvia perecedera cuando Ana está sola y el caballero la toma por sus cabellos de color castaños y la atrapa por el callejón oscuro y solitario. ¡Ana los pies descalzos! ¡Ana los pies desnudos! Ana pierde el conocimiento, pero, la memoria jamás. Ana nunca ha de olvidar esa noche triste cuando ¡Ana la lluvia, la lluvia Ana, los pies descalzos y desnudos! Así fue toda la noche al desnudo y su vestido rasgado y su ilusión maltrecha. ¡Ana la lluvia, Ana los pies desnudos! Ella siempre recuerda esa noche y no la olvida jamás porque su memoria yace en los pies desnudos sintiendo todo el frío de una noche espantosa con olor a alcohol, cigarrillo y lluvia. Ana, luego de dos lustros volvió con los pies denudos y descalzos por la misma acera a sentir el aguacero de lluvia torrencial y el hombre, ¡ay, de ése hombre!, lo volvió a ver, observar y mirar detrás de ella. El aguacero cayó torrencialmente y los pies de Ana desnudos y enredados en el cuello de ése hombre cuando ella con sus propios pies desnudos ha degollado en ese mismo callejón oscuro y solitario cuando el hombre a Ana la atrapó por sus cabellos castaños bajo el aguacero torrencial.
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Autor:
EMYZAG (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 29 de diciembre de 2025 a las 01:11
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 4
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa

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