El hombre que eligió amar

Jesus Armando Contreras Nuñez

Llevaba sombrero,
manos duras,
y una forma seca de mirar la vida
como quien aprendió temprano
que nada se regala.

Era rudo.
De palabra corta.
De carácter firme.
De esos hombres
que no se doblan
ni cuando el peso
aprende a doler.

Y aun así,
se quedó.

Se quedó cuando no era su deber.
Cuando no había promesas.
Cuando el amor no venía escrito
en ningún apellido.

Nos crió.
Nos formó.
Nos enseñó a pararnos derechos
aunque el mundo empujara torcido.
Nos corrigió con la verdad,
no con dulzura,
pero nunca con abandono.

La gente decía “padrastro”.
Como si eso explicara algo.
Como si el corazón entendiera
de nombres ajenos.

Él nunca lo dijo.
Nunca pidió reconocimiento.
Amó a la manera de los hombres viejos:
trabajando,
sosteniendo,
quedándose.

Quince años.
Quince inviernos y veranos
siendo más que compañía.
Más que ejemplo.
Más que amigo.

Y un día,
la casa se partió en dos.

La ruptura llegó
como llegan las cosas que duelen de verdad:
sin ruido,
pero sin regreso.

Ahí vi algo
que no estaba preparado para ver.

Ese hombre fuerte,
ese hombre entero,
se quebró.

Lloramos juntos.
No como padre e hijo.
No como adultos.
Lloramos
como dos niños cansados
de sostener lo que pesa.

En su llanto entendí todo.

Que no hacía falta la sangre.
Que el amor también se elige.
Que hay hombres
que cargan familias que no engendraron
y aun así
las sienten propias.

Hoy, cuando lo recuerdo,
no pienso en lo que la sociedad dice.
Pienso en ese hombre
que pudo irse
y no se fue.
Y cada vez que su recuerdo vuelve,
me duele el pecho
como esa noche,
porque hay amores
que no se pierden…
se quedan viviendo
en el lugar más hondo
donde aprendimos,
que significa
ser hijo.

Jesús Armando Contreras

  • Autor: Jesus Armando Contreras Nuñez (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 28 de diciembre de 2025 a las 14:02
  • Comentario del autor sobre el poema: Este poema nace de la gratitud y del dolor. De entender, con los años, que el amor no siempre llega por la sangre, sino por la decisión de quedarse. Es un homenaje a los hombres que sostienen sin prometer, que aman sin pedir nombre, y que enseñan a ser hijos simplemente estando.
  • Categoría: Reflexión
  • Lecturas: 1
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