Capulino era un saltamontes, un pequeño artista del violín. Le gustaba vestir de etiqueta: llevaba una levita de rojo carmín y zapatos del mismo color. Este simpático músico vivía en el bosque, dentro de un gran tronco de pino. Era como habitar dentro de un gigantesco instrumento, donde el eco resonaba de manera impresionante.
Su violín era una gran hoja de helecho, su arco una ramita de sauce, y sus cuerdas, hilos de telaraña tejidos por pequeñas arañitas. Cada vez que Capulino rozaba las cuerdas, las notas mágicas salían volando como si danzaran en el aire.
Un día cuando todos los sonidos del bosque dormían, él comenzó a ensayar sus melodías, tocaba una y otra vez suavemente, de pronto una nota aguda y brillante salió volando, y entonces, algo maravilloso ocurrió.
El tronco respondió y desde lo más profundo de la madera, un eco cálido y vibrante repitió la nota como si el bosque entero la hubiese escuchado y quisiera cantarla tambien. Capulino se detuvo, sorprendido, y volvió a tocar otra nota. El eco regresó, esta vez más juguetón, como si danzara entre las fibras del pino.
Pero una noche, algo terrible sucedió: el bosque entero se había quedado sin sonidos. Por más que tocaba su violín, ni una sola nota lograba sonar.
¡Ay, qué tremendo lío! Reinaba el silencio total.
Las notas, decidieron de manera traviesa, escapar y saltado al río, como si el agua fuese un escondite. Capulino, triste pero valiente, emprendió una aventura para encontrarlas. En el camino se topó con el palo de lluvia, le pidió que sonara, nada sucedió. Suplicó al viento que silbara, al riachuelo que murmurara, pero todo seguía en silencio.
Entonces, Capulino cerró los ojos y tocó “un gran solo de violín”. Las notas, escondidas, salieron como remolinos de su refugio. Regresaron empapadas, pero bailando, felices de volver a llenar el bosque con sus melodías.
Desde entonces, el bosque canta de alegría, porque el arte más divino vive en el alma de Capulino. Y todos allí entendieron que la música no se guarda… se comparte.
Para quienes deseen sentir esa emoción que Capulino evoca al tocar “un gran solo de violín”, pueden escuchar este solo de violín, que acompaña el espíritu del cuento como un susurro que se transforma en canto. https://www.youtube.com/watch?v=ofvPrUPjCa8
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Autor:
Ysabel Gonzalez (
Online) - Publicado: 28 de diciembre de 2025 a las 08:03
- Comentario del autor sobre el poema: Capulino y las notas mágicas de su violín nació del deseo de celebrar la música como un puente invisible entre el alma y la naturaleza. En este cuento, el bosque no es solo escenario: es cómplice, eco y testigo de un arte que no se impone, sino que se comparte. Capulino, con su violín tejido de helecho y telarañas, representa la delicadeza de lo pequeño que, sin embargo, puede conmoverlo todo. La imagen que acompaña esta historia, con su alegre personaje rodeado de notas danzantes, busca capturar esa chispa de magia que ocurre cuando la música despierta lo dormido, cuando el silencio se convierte en espera, y cuando el arte, al ser ofrecido con amor, regresa multiplicado.
- Categoría: Cuento
- Lecturas: 1

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