LA VIDA ME QUIERE
No me canso:
se cansan mis años intentando alcanzarme,
mientras yo —con la lengua fuera
le guiño un ojo al tiempo,
como quien promete besos
y solo entrega un mordisco.
Dicen que la muerte ronda mi nombre;
si quiere venir a buscarme,
que llegue perfumada,
vestido negro,
escote irreverente
y una copa en la mano.
No me entrego fácil:
ni al deseo,
ni al destino,
ni al tedio de morir puntual.
No envejezco:
maduro como fruta prohibida,
de esas que, al caer,
todavía provocan pecados al morderlas.
Mis células no cuentan años—
cuentan travesuras.
Vengo de sangre testaruda,
y piernas que discuten con el suelo
cada vez que lo piso.
Corro para que la vida me persiga,
y para que la muerte —jadeando—pida tregua
antes de atreverse a tocarme.
Vivieron largo los míos;
yo viviré más,
para fastidiar al universo
con mi terquedad poética,
y estas ganas de amar
como si el calendario fuera virgen.
Si el tiempo quiere domarme,
que venga armado:
yo traigo entrenamiento,
rezos indecorosos
y una sonrisa
que escupe en los relojes.
La vida me quiere —sí—
pero que espere;
tengo una lista pendiente:
tres abrazos,
dos pecados,
y un verso sin nombre.
Y cuando cumpla cien,
brindaré con mis arrugas,
no para llorar lo perdido,
sino para celebrar que sigo aquí:
indecente,
respirable,
hambriento,
y dispuesto a discutirle a Dios
que me conceda prórroga.
Si la muerte me desea,
que se ponga en forma:
porque yo llegaré al siglo
con la libido en llamas,
el pulso feroz
y un último poema en la lengua,
esperando —a placer—
el beso final.
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Autor:
Wii (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 27 de diciembre de 2025 a las 17:16
- Comentario del autor sobre el poema: Dedicado a mi viejo centenario... Es una dicha tenerte aún...
- CategorÃa: Reflexión
- Lecturas: 7
- Usuarios favoritos de este poema: Tommy Duque, Mª Pilar Luna Calvo, alicia perez hernandez

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