Inconfuso

Te he buscado en el roce de lo que es cotidiano,

donde guardo el recuerdo que de tu piel emana,

pues mi pecho se rinde cuando nace la mañana,

al sentir que te pierdo por no estrechar tu mano.

​Soy el grito que calla tras brindarte su abrigo,

y me vuelvo el silencio que tu ausencia reclama,

porque el alma es un rastro que entre sombras te llama,

mientras ardo en mi infierno por no estar hoy contigo.

​Cada verso que escribo es un gesto vacío,

que navega en las aguas de tu cauce sereno,

y aunque lleve en la sangre este dulce veneno,

yo prefiero ocultarme para calmar mi frío.

​Bajo llave he jurado mi maldita lealtad,

porque el mundo no entiende lo que mi vida sostiene,

y aunque el golpe del tiempo con su olvido nos llene,

mi victoria es perderte para darte libertad...