O quizá sí

Fuera antologías,
fuera toda intención
de posteridad  —si todo
el abecedario combinado
que propague sobre blanco
tiene que esperar un veredicto
paro de escribir, me dedico
a otra cosa, rezar—. 
No lo hago, no escribo para 
la cachetada —quizá en parte
sí—, ni para reconocimientos
que no me den pan —o quizá
sí—, ni para que me llamen no
por mi nombre —quizá...
Fuera homenajes, no soy Dios
—o quizá sí— para que nadie v
enga a postrarse en mi delante,
me llore, me suplique milagros
que no convengan a la fragilidad
de mis lentas manos; a nadie ni
nada que me pida separar las agu
as de cualquiera mar —no tengo
el poder casi ni de abrir una lata
de anchoas, jaja— —o quizá sí—.
Fuera debates, ponencias, donde
se extiendan sobre el sentido, sig
nificado, sentimiento, solera, señ
alética poética, de mi obra, tal si
fuera un Lorca, un grande que sí
dejara al morir un rastro literario
digno se ser escudriñado a fondo, 
fuera —o quizá sí me gustaría que
un grupito de supuestos estudiosos
de lo que otros vuelcan en sus blan
cos se sientan delante de unas cám
aras a especular sobre qué quise de
cir cuando dije no sé qué, o qué in
tención subyacía al construir lo qu
e construí de una manera concreta
y no de otra— (puede ser que mi eg
o persista agazapado tras alguna de
mis esquinas...).
Fuera idolatrías, baños en loor u olo
r de multitudes, fiestas sorpresas de 
las que te llevas el susto más que el
cariño de los presentes —no me hag
an demasiado caso, puede ser que es
té protestón por este dolor de muelas
que me azota —que no tengo—.
Jajaja.