Ruptura en cárcel mental

Laura Cabrera "La dolida"

Me senté a vigilar mis propios pensamientos
como un guardia cansado
en una prisión que yo misma construí.

Las paredes tenían nombres
que ya no responden,
fechas que regresan cada diciembre
con luces que no calientan.

Entendí tarde
que la cárcel no era vivir,
era extrañar.

Extrañar a los que ya no llegan,
a los que siguen sentados
solo en la memoria,
mientras la casa se llena de villancicos
y risas prestadas.

La mesa está puesta,
pero faltan voces.
El árbol brilla,
pero no explica ausencias.

Pensé que honrarlos
era quedarme encerrada en ellos,
repetir su nombre
como si eso los trajera de vuelta.

Pero el encierro
no es amor,
es castigo mal entendido.

Hoy rompí el cerrojo.
No fue con fuerza,
fue con cansancio.

Dejé de interrogar recuerdos,
dejé de pedirle a la mente
que mantuviera viva la herida.

Los llevo conmigo
sin hacerlos celda.

Salí sin hacer ruido,
porque la libertad
también sabe ser respetuosa.

Ahora mi cabeza
ya no es un velorio permanente,
es un espacio donde la vida ocurre
aunque duela,
aunque falten sillas,
aunque diciembre insista.

Vivir no traiciona a los muertos.
Olvidarse de uno mismo,
sí.

  • Autor: \"La dolida\" (Seudónimo) (Online Online)
  • Publicado: 26 de diciembre de 2025 a las 01:16
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 1
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