Navidad

La Navidad no siempre llega envuelta en regalos,

a veces entra despacio,

con pasos de recuerdo

y una luz tímida que se posa en la mesa vacía.

Llega en el pan que se parte en silencio,

en la risa que intenta volver a ser completa,

en los nombres que pronunciamos

aunque ya no estén sentados con nosotros.

La Navidad es una pregunta antigua

que vuelve cada año:

¿a quién abrazamos con el corazón?,

¿qué perdón dejamos caer por fin?,

¿qué promesa nos animamos a cumplir?

Hay una estrella que no está en el cielo,

vive en los ojos cansados de la gente,

en las manos que siguen dando

aunque aprendieron a perder.

Navidad es un niño que sueña

con un mundo menos duro,

es una madre que espera,

un padre que recuerda,

una casa que resiste al tiempo

porque aún guarda amor en sus paredes.

Es el ruido de los platos,

el aroma de lo simple,

la foto que se repite cada año

con alguna ausencia nueva

y alguna esperanza que nace.

No todo es alegría,

y eso también es Navidad:

aprender a celebrar

incluso con heridas abiertas,

entender que la fe no siempre grita,

a veces apenas respira.

Navidad es sentarse con uno mismo,

mirarse sin disfraces

y decirse en voz baja:

“seguí, a pesar de todo, seguí”.

Es perdonar al año que se va,

agradecer lo que nos enseñó el dolor

y abrirle la puerta al mañana

con un corazón un poco más humano.

Que esta Navidad

no sea solo una fecha,

que sea un gesto,

una palabra justa,

una mano extendida cuando nadie mira.

Que sea luz para quien camina a oscuras,

calor para quien aprendió a estar solo,

y paz…

aunque sea pequeña,

aunque dure un instante,

pero que sea verdadera.

Porque mientras exista alguien

dispuesto a amar sin condiciones,

la Navidad

seguirá naciendo

en cada corazón que no se rinde. 🎄✨