UN VERSO

Un verso que cae a cuentagotas

lágrimas, que lentamente cruzan las mejillas

es un adiós

de los que duelen, de los inevitables.

De aquellos que resquebrajan el alma y los huesos

Y el vacío se sienta sigiloso en el cuerpo.

Es el adiós de los sueños que se hacen añicos

de amor que se pierde, de la madre y el padre

que la parca se lleva, del hijo que se aleja o la

muerte carga con él, del amigo que no se vuelve a ver.

Es sentarse con la vejez y recordar el tránsito de la vida

sentir la soledad del alma y el vacío del cuerpo

y saber que al final del día, todo es vanidad y que solo

vamos dejando en nuestro andar un rosario de perdidas

inevitables, es el costo de vivir.