Si alguna vez mi nombre cruza por tu mente
como una sombra suave que no avisa,
o si de pronto recuerdas algo de mí
sin saber por qué,
solo di que estoy escribiendo una poesía,
leyendo en silencio,
arrinconado en mi habitación.
Solo,
triste…
pero sonriendo a ratos,
porque incluso el dolor
aprende a convivir con los recuerdos:
los buenos que abrigan
y los malos que enseñaron a resistir.
Si algún día me desaparezco
y no regreso a casa,
di que seguro estoy en mi cuarto,
escribiendo más poemas,
escuchando mi música favorita
como si ella supiera curarme.
Y si un día no vuelvo,
no me busques en el ruido del mundo.
Guárdame en un rincón de tu corazón,
no en el centro ahí duele demasiado,
sino en ese lugar
donde se guarda lo que fue verdadero.
Si mañana no llego a mi destino,
no llores por mí.
Yo estaré en un lugar lleno de luz,
en un mundo lleno de paz,
recordándolos a todos,
llevando conmigo cada momento vivido,
sin reproches,
sin juicios.
Y si algún día,
mañana o en cualquier instante,
recuerdas algo de mí,
solo di que fui
alguien que sintió demasiado,
alguien que amó en silencio,
alguien que escribió para no romperse.
Si mañana no regreso
es porque estaré con buena gente,
reunido por esas vueltas extrañas de la vida,
brindando por los momentos compartidos,
por lo que dolió,
por lo que sanó,
por cada minuto que valió la pena.
Si mañana no estoy en línea,
no es ausencia,
es viaje.
Viajo como siempre lo soñé,
ligero,
sin miedo,
sin despedidas eternas.
Seguiré viajando…
y algún día volveré.
Y entonces nos abrazaremos,
brindaremos otra vez,
lloraremos y reiremos juntos.
Ahora me voy…
tengo que seguir viajando.
-
Autor:
MARIO GONZALES (Seudónimo) (
Online) - Publicado: 24 de diciembre de 2025 a las 01:38
- Categoría: Triste
- Lecturas: 1

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