Y esa noche
el mundo se quedó sin relojes,
el tiempo se sentó en el borde de la cama
a mirarnos en silencio,
como si también él tuviera miedo
de avanzar.
Y esa noche
las paredes escucharon lo que nunca se dice,
las palabras se desnudaron de orgullo
y caminaron descalzas por el aire,
temblando,
pero sinceras.
Y esa noche
aprendí que el alma pesa más que el cuerpo,
porque dolía sin tocarla,
porque lloraba sin lágrimas,
porque gritaba sin voz
cuando el recuerdo pronunciaba tu nombre
como una oración rota.
Y esa noche
la luna no quiso ser testigo
y se escondió detrás de una nube cansada,
dejándonos a solas
con todo lo que fuimos
y con todo lo que no supimos cuidar.
Y esa noche
entendí que amar no siempre salva,
que a veces amar es aprender a soltar
aunque las manos sangren,
aunque el corazón suplique
un minuto más.
Y esa noche
el silencio habló más fuerte que cualquier promesa,
me dijo que hay despedidas
que no se anuncian,
que simplemente llegan
y apagan la luz.
Y esa noche
me abracé a mí mismo
como quien recoge los restos de un naufragio,
prometiéndome sobrevivir
a pesar de la tormenta,
a pesar de tu ausencia.
Y esa noche
no dormí…
me quedé despierto cuidando mis ruinas,
esperando que el amanecer
tuviera piedad
y me enseñara
cómo volver a empezar
sin olvidarte del todo.
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Autor:
Daniii (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 22 de diciembre de 2025 a las 16:30
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 1

Offline)
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