El Eco Del Bravo Pueblo

jtaltuve

 

​Soy comandante de una patria en agonía,

pero esclavo de un corazón que no se rinde;

mi honor es el muro, la única garantía

de que este suelo sagrado nadie lo deslinde.

 

 

​¿Es esto un sueño o la niebla de mi Mérida me engaña?

El frío del páramo se me ha vuelto armadura;

ironía es ver cómo la ambición extranjera

pretende enterrar nuestra luz en la espesura.

 

 

​La libertad no se compra con promesas vacías,

ya el pasado la escribió con sangre y denuedo;

la arrancaremos del pecho de las tiranías,

pues quien ama a su tierra no conoce el miedo.

 

 

​Teñiremos de rojo la seda de nuestra bandera,

con el honor del que sabe que el sacrificio es gloria;

que mi sangre sea el fuego, la última trinchera,

para que el nombre de "Libre" sea nuestra historia.

 

 

​Lo que hagamos hoy, bajo este cielo caribe,

resonará en los hijos de los hijos que vendrán.

Porque la patria no es solo el suelo donde se vive,

es la dignidad de los que, aunque caigan, se levantarán.

 

​¡Mi eco es eterno, porque mis raíces no se irán!

JTA.

 

Primer Oficial (CPNB) Ingeniero Altuve Pérez José Tomás. Comandante de la JUPE del CCPE- Mérida. Miércoles 22 de Diciembre del año 2025.

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  • Autor: jtaltuve (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 22 de diciembre de 2025 a las 03:10
  • Comentario del autor sobre el poema: Queridos Lectores, ​Escribo estas líneas porque, en tiempos de oscuridad, el silencio es cómplice y la palabra debe ser un arma de claridad. Mi intención no es alimentar la división que ya bastante nos ha herido; mi meta es recordarles que la Patria es un sentimiento que preexiste a cualquier cargo o bandera. Quiero que, al leer estos versos, sientan que no están huérfanos de identidad. Busco que cada venezolano comprenda que nuestro honor no está en venta y que nuestra tierra no es un botín, sino un hogar sagrado que exige ser defendido con la altura de nuestros libertadores. ​La lección que deseo dejar grabada en el mármol de su memoria es sencilla pero inquebrantable: Los hombres pasan, los gobiernos cambian, pero la Tierra y el Honor permanecen. Nuestra libertad no es un regalo que llegará de afuera, sino un fuego que debemos alimentar desde adentro; si nos mantenemos unidos en la dignidad de nuestras raíces, no habrá "ambición extranjera" que pueda apagar nuestra luz. ​Que este mensaje sirva de ejemplo al mundo: el patriotismo real no es fanatismo, es sacrificio. Un pueblo dispuesto a teñir de rojo su bandera por defender su derecho a ser libre, es un pueblo que ya ha ganado la batalla más importante: la de su propia alma. Escribo para que cuando los hijos de nuestros hijos pregunten qué hicimos en la hora más difícil, este poema sea la prueba de que no nos rendimos, que apostamos por el honor y que entendimos que nuestro eco solo será eterno si nuestras raíces se mantienen firmes en esta tierra. ​Con respeto, fe y la mirada puesta en el horizonte de nuestra dignidad, ​JTA. ​¡VENEZUELA SE RESPETA, CARAJO!
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 4
  • Usuarios favoritos de este poema: Salvador Santoyo Sánchez, Lualpri
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