ESCARBAR EN LA MEMORIA.
La primera virtud es frenar la lengua, y es casi una virtud y un dios quien teniendo razón sabe callarse.
De Catón de Útica.
Pero ¿Dónde está Dios?
¿Dónde está Dios?
Volvió y dijo
Aquel
Gran hombre.
En el pico de la oración
Y en el rabo de la
Blasfemia,
Le respondieron.
La gran poesía de mañana.
Y que ya es hoy,
Nacerá sólo
Para engordar
La
Pesadilla.
Del poeta León Felipe.
Se suele decir - y se dice porque es cierto, lo exponen quienes saben de hechos que otros no quieren que se sepan - que España siempre ha sido un país desagradecido con sus hijos; lo fue con Antonio Machado, con Santa Teresa de Jesús, con Goya, con García Lorca, con Miguel Hernández, con D. Benito Pérez Galdós e incluso con Miguel de Cervantes al que mandaron a una guerra a Turquía a ver si lo mataban, después lo mandaron a Argelia donde fue hecho prisionero, lo encarcelaron y por el cual, los berberiscos – sus carceleros – pidieron un rescate y la Corona española no sólo no lo pagó sino que persiguió a los que quisieron pagarlo. En este estado de hechos consumados el gran poeta León Felipe no iba a ser menos, una excepción: se vio obligado a huir de España, en 1938, dos años después de la Guerra Civil, para no ser perseguido y probablemente asesinado; se fue a México previo paso por los EEUU y murió a los 84 años, lejos de su España a la cual nunca pudo regresar. Dejó de vivir en soledad y empobrecido materialmente, con poca salud y olvidado por la misma “intelectualidad” española ya embrutecida del momento y como siempre ocurren en estos casos; también por la casta política y militar bruta y analfabeta que sostenía al dictador y que siempre lo odió por insumiso. Su ideal poético fue el de denunciar la injusticia. En aquellos años los escritores, poetas, artistas y otros después llamados pomposamente, intelectuales para años más tardes conocidos como “Intelectuales del Régimen” a secas, vivieron cómodos agradecidos al fascismos que a su vez le agradecía a ellos colaborar con el repugnante silencio intelectual que necesitaban. Un caso concreto fue el del escritor y novelista gallego Camilo José Cela, premiado después con el Nobel de Literatura (las buenas lenguas dijeron en su momento que fue un premio del anterior rey Juan Carlos I, El corrupto) por sus servicios a la democracia: lo entendimos décadas después. Este siniestro personaje, malísimo escritor y peor novelista, se dedicó, tras el Golpe de Estado del 36 y que puso al dictador Franco como Jefe de Estado, se dedicó de inmediato a buscar y señalar a escritores, poetas e intelectuales de la República para que el Régimen los silenciaras intelectualmente, los persiguieran, los encarcelaran y hasta los asesinaran, fue el caso de, entre otros y los más conocidos, García Lorca y Miguel Hernández; después de muerto Franco se hizo tremendamente democrático y, peor aún, monárquico radical; de esta manera ocurrió que al igual que el rey Alfonso XIII, abuelo del rey Juan Carlos I, negó la posibilidad de que el canario D. Benito Pérez Galdós recibiera el Nobel de Literatura y que bajo su reinado fuera perseguido y hasta juzgado por, decían, ser opositor al régimen conservador, anticlerical y anti monárquico el ex rey Juan Carlos I, El Corrupto – su nieto -, premió a Camilo José Cela por lo contrario: por ser un fie servidor de un régimen corrupto que prosiguió incluso después de muerto Franco, hoy.
Queda mucho por escarbar en esto que llaman tan pomposamente la “Historia de España…”
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Autor:
Nkonek Almanorri (
Online) - Publicado: 21 de diciembre de 2025 a las 15:06
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 1

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