Quejumbroso cuerpo convida sin excusas. Advierte fuerzas que se acaban, con un ímpetu quebrantado. Ruega, aguarda por mí sanación y cura la prisa del alma. ¡Alma inquieta, sin límites de fuerza! Ve el camino encontrado, todo es su dura carne de voluntad, armada con huesos de finitud blanda.
Alma inquieta, sueños de proezas. Sueños se elevan en niebla espesa. Penetra a tientas, segura belleza. Deber es razón, recompensa. No hay más camino, gloriosa esencia, sueño de luz inmensa.
Cuerpo que tropieza, sumerge el alto empeño, confiesa. Dolor con entrañas de pobreza. Si tu amor propio merece triunfo, con dolor, es escuela, ella estará contigo, tu esencia.
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Autor:
Justo Barreda (
Offline) - Publicado: 20 de diciembre de 2025 a las 10:46
- Categoría: Espiritual
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Offline)
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