Soy la sombra que no se ata a la pared,
el eco de un nombre que nunca se escribe,
mi patria es un viento que detiene una red,
una estrofa de azul donde nadie me inhibe.
No poseo la arcilla, ni el lingote frío,
mi fortuna es un lienzo de aire inasible,
la existencia fluye, un río sin desvío,
donde el único ancla es el yo indivisible.
Vago en la trama pero solo esta vez,
un pétalo suelto, sin raíz ni cuna,
un mapa se dobla en mi propia tez,
dibujado por hilos de imaginación y luna.
El horizonte es una flecha sin blanco fijo,
solo el músculo interno de un querer que vibra,
el espectro soy, de un compromiso que fijo,
un cetro de asombro que a nadie le libra.
En el vacío de toda pertenencia,
florece el poder de mi íntimo dictado,
la libertad es una oscura eminencia,
el ser desnudo y por sí mismo amado.
Soy abstracción que danza sobre el alambre,
ajeno al peso, a la herencia y al credo,
solo el acto de ser me sostiene del hambre,
un punto de luz que no pide, y no puedo.
El control propio es mi única morada,
un templo tallado en la neblina,
la errancia en sí misma desvelada,
la chispa sin fin que al futuro domina.
-
Autor:
Leoness (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 19 de diciembre de 2025 a las 16:26
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 2

Offline)
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.