El Vals De La Calle Del Pez
Letra: WCELOGAN
Apenas me asomaba
Al balcón de los veinte abriles
Con más miedo que vergüenza en la mirada.
Me gasté los mil quinientos
Que guardaba entre misiles
Para ver si el hambre al fin se me quitaba.
​
Era un antro con bombillas de un color rojo pecado
Donde el humo se cortaba con navaja,
Me sentía como un pulpo en un garaje, atribulado
Esperando que me dieran baraja.
​
Me llevaron de la mano
Hasta el cuarto de "La Lola"
Que reinaba en aquel piso de Embajadores.
"No sufras, mi tierno hermano
Que no vas a estar a solas"
Me dijo mientras sacaba los licores.
​
Yo buscaba un cuerpo frío, un trámite, un asalto
Pero ella me miró con ojos mansos
Y en aquel colchón mugriento, de un brinco puse lo alto
Mi bandera de recluta en el descanso.
​
Que no, que no me la encuentro,
Ni en el bar, ni en el centro,
Ni en la lista de los objetos perdidos.
Se marchó con el viento,
Hacia el mar del olvido,
Con mi infancia guardada en su vestido.
​
Nos bebimos el olvido
Con ginebra de garrafa
Y el reloj de la pared se quedó mudo.
Me sentí tan protegido
Que me quité hasta las gafas
Para amarla sin coraza y a desnudo.
​
Se portó como una reina, como una madre, como una amante
Me contó que era de un pueblo de Zamora,
Que la vida es una perra que te muerde por delante
Y que el alma se le gasta hora tras hora.
​
Yo, que iba de visita
A las costas del placer
Me quedé encallado en medio de su orilla.
"No te vayas, mi chulita
Que te acabo de querer"
Le solté con la torpeza más sencilla.
​
Que no, que no me la encuentro,
Ni en el bar, ni en el centro,
Ni en la lista de los objetos perdidos.
Se marchó con el viento,
Hacia el mar del olvido,
Con mi infancia guardada en su vestido.
​
Ella se rió con ganas, me dio un beso de propina
Y me puso la chaqueta en los hombros:
"Vuelve al mundo, mozalbete, que el amor es una mina
Donde solo vas a hallar cuatro escombros".
Me devolvió mis billetes
Con un gesto de señora:
"Cómprate algo que te alegre el calendario".
Yo salí hecho un juguete
Que ha perdido su emisora
Y aprendí lo que no viene en el diccionario.
Hoy pasé por esa calle
Donde el sol nunca se atreve
Y el portal era un bostezo de madera.
No busqué que me echara un cable
Ni un amor de los que llueve
Solo un "hola" que matara la espera.
​
Pero el barrio estaba mudo,
Ya no estaban sus tacones
Ni el aroma de su rímel barato.
Me quedé allí, tan desnudo,
Sin más fe que mis canciones
Y el recuerdo de aquel breve contrato.
​
Ni rastro de Lola...
Se fue sola.
Tan solo queda el rastro de la duda,
La calle del Pez, y el alma desnuda.

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