Sandio verso.

¡Ole! sandio verso
dadme tu reverso.

Y que de los bagres
pesquemos bigotes
y hagamos lingotes
sin que sepa agre.

¡Ole! sandio verso
tonto y regordete
meteme en el brete
y brindame un cierzo
de mil calamares
que sorban tus mares.

¿Qué quereís de mí
sonido tonto?
no tengo ni el monto
ni siquiera el bis.

Pero eres zapato atarantado,
músico de sol-fa agazapado,
triste bailarina desdentada
trágica y silente puñalada.

Pero eres estúpido y coherente
con lo que le gusta a mucha gente,
quizá entonces pueda equivocarme
y así en idioteces nacararme.