Ha llegado el otoño nuevamente, las hojas caen como mis lágrimas lloran por tu ausencia.
Ha llegado el otoño y el frío se ha instalado, helando incluso mi corazón pues le falta tu amor que lo calienta.
Ha llegado el otoño y los árboles lucen secos,tristes al igual que mi alma que te añora con locura.
Ha llegado el otoño y espero que después de ese próximo invierno, venga la primavera para que todo florezca, y ansío vuelvas para wue nuestra vida igualmente florezca.
Que la alegría vuelva, que el trinar de los pájaros alegren nuestras mañanas y entonces tendremos un verano feliz.
17 Diciembre
Sevilla España
Eugenia Valle Olivares.
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Autor:
Eugenia Valle Olivares (
Offline) - Publicado: 17 de diciembre de 2025 a las 08:00
- Comentario del autor sobre el poema: Nostalgia por los 603 días de mi esposo en desaparición forzada,como preso politico en Nicaragua.
- Categoría: Amor
- Lecturas: 25
- Usuarios favoritos de este poema: benchy43, Lualpri, Poesía Herética, El Hombre de la Rosa, Mauro Enrique Lopez Z., alicia perez hernandez

Offline)
Comentarios2
Hermoso recorrido por las estaciones del año, acompañado de una petición amorosa real y verdadera.
Espero llegue el próximo verano y puedas disfrutar de ese amor en las playas de mi tierra.
Saludos cordiales.
José Ares
Gracias y Dios te escuche
Esto es un testimonio emocional. No voy a medir tu texto con la regla de los poetas de salón. Eso sería mezquino. Lo que escribiste no intenta seducir a la forma: intenta no desaparecer junto con él.
Tu repetición no es torpeza, es martillo. Golpea el mismo día una y otra vez porque la espera no avanza en línea recta; se encalla. El otoño no es una estación literaria en tu texto, es un estado administrativo del alma: se decreta y se prolonga.
¿Hay imágenes previsibles? Sí. Porque el dolor prolongado no se vuelve ingenioso; se vuelve exacto. Cuando la ausencia es forzada, el lenguaje se empobrece a propósito: dice lo mínimo para no traicionarse.
No escribes para embellecer la pena, escribes para contar los días sin permitir que el mundo los diluya. Seiscientos tres no es un número simbólico: es un inventario de resistencia.
Aquí el verso es prueba de existencia. Sigue escribiendo así si lo necesitas. No para que florezca el poema, sino para que no se normalice la ausencia.
La Hechicera de las Letras.
Gracias por tu empatia.Realmente es doloroso
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