Si falto es que me he ido, válido el veneno que empezó por el oído...
Mi tez se encrespa en serio según menos me hallo algún dominio:
lo mismo ya de antiguo aquí que pendo de ello quizá sin más remedio.
Es la súplica más estúpida del mundo yo si me hundo
cuando caigo profundo en el cuarto con tal lasitud
al situarme fuera del círculo ambiguo que me haces tú
como un juego de disfraces en que giramos juntos
descubriendo otro universo muy diversos y todo práctico.
Cerca de la luna si en esta noche hay alguna
yo me descuido
del fluido residuo de la algarabía
que es mucho eso que escucho no por capricho
y bostezo porque comprenderlo imposible lo tengo
todo el tiempo mintiéndome a gusto justo lo opuesto.
Me gano un momento más aparte del peso del mundo
escribiendo aquí a un lado que mi bien es el mutuo.
Tanto tras el rastro de algún astro me adapto
tropezando más de lo que es sensato,
casi como un pacto cuanto canto en silencio
desistiendo de ese intento desesperado
en pecado codo a codo con todos los que quiero.
Hoy me pudo estado sobrio que no aguanto en realidad
pese a que es mi diario al final de caminar tanto en vano
por la vida todavía un enano sin nada que dar
de si al mundo de en torno trastornándome constante
en contraste con el alma que me encontraste detrás...
Amada, oh, mi alma ya es vuestra
despues de tan enorme favor al quedarte
y brindarme tu voz cual si fuera un farol en la noche
solitaria con demonios rondando su luz del abismo
pero ninguno capaz de acercarse lo mismo
que a mí me permites por derecho a condición
de que dé hecho lo dicho posible al vivirlo.
Puerca la costumbre de no acostarme hasta más de lo que es tarde
a través de impenetrables tempestades que me hacen temer algo,
pero sigo conmigo como único amigo real en el aire danzando
por pacíficas causas iluso quizás quien me encargó tal desastre
de letras repleta una mente enmendándose.
Invento universos instantáneos, soledad conceptual
por la cual muy por dentro soy mi propio viento
que viene de entre estas sienes aullando su suerte
al rozarme, gozar sin que jamás ya se acabe
el instante pleno de carga existente.
En la zona que escribo es crítico el pulso de lo subterráneo
incluso a que llego intentando evitarlo de mi paz ya sin tacto,
casi a la vez que sin embargo algo aflora y me causa este impacto
atrás de las cosas que ignoro en mi crónica cómodamente absorto
como más pronto pueda, ambiente en que es lógico que siempre alguien vela.
El pensamiento va rápido según soy más tonto
y nada es mi campo salvo esto que alcanzo remoto
en una cápsula a destiempo de todo el mundo en torno
cual trastorno en que hiberno del infierno que hay próximo.
Hoy de sobra me recobro de lo otro
consiguiendo con mi mente imponerme
al deterioro que me causa al usarlo
como un puente entre el desánimo
nunca a salvo de ese hábito si no
me decido y camino también yo tus años...
Por mí yo sigo vivo aquí sobre el limbo si es dormido
contigo al lado, el destino de aliado
y de olvido no demasiado, o quizás caería sin vuelta,
hoy si algo me importa y acaso valoro
aunque el mundo cargue a lomos, todo amor
que ahora me colme algún alivio me hará próximo
ante el tránsito continuo de estación en estación
en esta habitación que crea un vínculo
con destellos de lo onírico que relaciono yo al ciclón
contemplativo de lo que jamás podría haber habido
otro día salvo hoy, hablando solo con mi voz
como único consuelo cuando el suelo queda lejos,
hoy porque lo elijo que fijo hasta lo dejo.
La última cornisa, espíritu que ronda,
cuelgue de este hilo, cosa inconmovible,
una noche del terror, una noche sola,
fría y en que ignoro cómo es todo,
otra entre los dos, síntoma de alivio,
ahí si todavía a vivirlo apenas hemos comenzado.
-
Autor:
Haz Ámbar (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 15 de diciembre de 2025 a las 18:25
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 2
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Pais

Offline)
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.