Fiebre Roja
Me hundo sin remedio en esta fiebre roja,
bajo la noche que se descuelga, que me desuella, que me azota;
con el pulso reventado —dios cruel que ya no canta—
y el vino, tu mentira, levantándose en mi alma.
Las sombras me celebran con su risa libertina,
con la muerte recitando oraciones asesinas;
oh, mis huesos ya ebrios tiemblan, dulces, de un odio mordido,
mientras el eco de tu “siempre” se pudre en mi latido.
Furia de mi carne, oh cadáver sin dueño,
qué fácil es morir cuando se agota el sueño.
Pero viva me desgarras, me arrancas los ojos,
me arrojas al lodo, devorada por abrojos.
Así caigo esta noche —en un descenso frío—,
sin lirios, sin expiación, sin consuelo ni alivio;
mi alma hecha añicos muere en mis palabras,
pues no existe un “mañana” cuando el amor es batalla.
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Autor:
Isidora Luna (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 14 de diciembre de 2025 a las 09:06
- Categoría: Gótico
- Lecturas: 6
- Usuarios favoritos de este poema: WandaAngel, Lualpri, FRANCISCO CARRILLO, Eduardo Rolon

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