Digo e insisto:
En nombre de la lucha contra
El terrorismo o contra los
Extremistas de la
Ideología hay
Un paso
Atrás.
Una regresión de la libertad.
Lo saben los políticos,
Los periodistas, los
Escritores, los
Intelectuales,
Los Poetas,
La Sociedad de a pie,
Todos…
Y callamos.
Estudiando el libro escrito por el ex Embajador de Cuba en El Salvador, Pedro Prada, titulado: Crónicas del derrumbe soviético, me encontré, en las páginas 206 a la 208, con esta confesión de un ex director de la CIA en aquellos años de la guerra fría y que, tal como lo narra el escritor, se mantuvo en silencio y oculto, pero en completa ejecución por parte del imperio hasta lograr su propósito contra la URSS: asesinar su ideología socialista y hacerla sucumbir en las más profundas entrañas de la ficción y fantasía que genera el capitalismo...
Le invito a leer esta confesión, pero si puede leer todo el libro, mejor aún, porque es y sirve para entender qué ocurre hoy y qué de democráticas son las actuales democracias al servicio del crimen organizado y que se gesta en los EEUU desde el nacimiento de su constitución, hace ya 238 año.
Allen Dulles, ex director de la CIA.
...Los EE.UU. poseen el 50% de la riqueza del mundo, pero solo el 6% de su población […] En tales condiciones, es imposible evitar que la gente nos envidie. Nuestra auténtica tarea consiste en mantener esta posición de disparidad sin detrimento de nuestra seguridad nacional. Para lograrlo, tendremos que desprendernos de sentimentalismos y tonterías. Hemos de dejarnos de objetivos vagos y poco realistas como los Derechos Humanos (Tomen nota, señores fervientes de los Derechos Humanos), la mejora de la vida y la democratización.
Pronto llegará el día en que tendremos que funcionar con conceptos directos de poder. Cuantas menos bobadas idealistas dificulten nuestra tarea, mejor nos irá […]
Sembrando el caos en la Unión Soviética, sin que sea percibido, sustituiremos sus valores por otros falsos y les obligaremos a creer en ellos. Encontraremos a nuestros aliados y correligionarios en la propia Rusia. Episodio tras episodio se va a representar por sus proporciones una grandiosa tragedia, la de la muerte del más irreductible pueblo en la tierra, la tragedia de la definitiva e irreversible extinción de su autoconciencia.
De la literatura y el arte, por ejemplo, haremos desaparecer su carga social. Deshabituaremos a los artistas, les quitaremos las ganas de dedicarse al arte, a la investigación de los procesos que desarrollan en el interior de la sociedad. La literatura, el cine, y el teatro, deberán reflejar y enaltecer los más bajos sentimientos humanos.
Apoyaremos y encumbraremos por todos los medios a los denominados artistas, que comenzarán a sembrar e inculcar en la conciencia humana el culto del sexo, de la violencia, el sadismo, la traición. En una palabra: cualquier tipo de inmoralidad.
En la dirección del Estado, crearemos el caos y la confusión. De una manera imperceptible, pero activa y constante, propiciaremos el despotismos de los funcionarios, el soborno, la corrupción, la falta de principios. La honradez y la honestidad serán ridiculizadas como innecesarias y convertidas en un vestigio del pasado. El descaro, la insolencia, el engaño, la mentira, el alcoholismo, la drogadicción y el miedo irracional entre semejantes […]
Gracias a su diversificado sistema propagandístico, EE.UU. debe imponerle su visión, estilo de vida e intereses particulares al resto del mundo, en un contexto internacional donde nuestras grandes corporaciones transnacionales contarán siempre con el despliegue inmediato de las fuerzas armadas, en cualquier zona, sin que le asista a ninguno de los países agredidos el derecho natural a defenderse.
La traición, el nacionalismo, la enemistad entre los pueblos, y ante todo el odio al pueblo ruso, todo esto es lo que vamos a cultivar hábilmente hasta que reviente como el capullo de una flor.
Solo unos pocos acertarán a sospechar e incluso a comprender lo que realmente sucede. Pero esa gente la situaremos en una posición de indefensión, ridiculizándolos, encontrando la manera de calumniarles, desacreditarles y señalarles como desechos de la sociedad. Haremos parecer chabacanos los fundamentos de la moralidad, destruyéndolos.
Nuestra principal apuesta será la juventud. La corromperemos, desmoralizaremos y pervertiremos. […]
Debemos lograr que los agredidos nos reciban con los brazos abiertos, pero estamos hablando de una ciencia para ganar en un nuevo escenario la mente de los hombres. Antes que los portaviones y los misiles, llegan los símbolos, los que venderemos como universales, glamourosos, modernos, heraldos de la eterna juventud y la felicidad ilimitada.
El objetivo final de la ESTRATEGIA A ESCALA PLANETARIA, es derrotar en el terreno de las ideas las alternativas a nuestro dominio, mediante el deslumbramiento y la persuasión, la manipulación del inconsciente, la usurpación del imaginario colectivo y la recolonización de las utopías redentoras y libertarias, para lograr un producto paradójico e inquietante: que las víctimas lleguen a comprender y compartir la lógica de sus verdugos.
Todo esto y así tal cual está expuesto en el libro “Confesiones de un ex director de la CIA, 1953-1961” de Pedro Prada, Embajador de Cuba en El Salvador. ¿Entendemos, ahora, mejor, cómo por qué y para qué actúan los Gobiernos de EEUU en las partes del mundo en que ve intereses afines a los suyos?, entendemos ahora las barbaridades de la golpista venezolana Corina Machado y la corrupción desde la cual actúa los responsables de la Academia que le concedió el Nobel de La Paz, qué hace la ONU y la mayoría de los gobiernos de Europa, los mismos que apoyan al Gobierno genocida de Netanyahu?
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Autor:
Nkonek Almanorri (
Offline) - Publicado: 13 de diciembre de 2025 a las 17:03
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 4
- Usuarios favoritos de este poema: Javier Julián Enríquez

Offline)
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