La noche posterior a las anteriores elecciones norteamericanas y en el programa de TVE “24 Horas La Noche” de Xavier Fortes un periodista invitado se preguntaba acerca de cómo era posible que hoy, en pleno siglo XXI, hubiera una juventud que aún añorara los años treinta y cuarenta del nazismo en Europa. La pregunta en sí misma tenía su carga de profundidad dicha desde la perspectiva de un periodista, de una persona con información privilegiada y que se supone conocedora de la realidad; decía que no lo comprendía en absoluto.
Oyendo éstas sus palabras me vino a la memoria un hecho que compartí, a mediado de los años ochenta del pasado siglo XX, con alguien que había sido profesor en una universidad belga y que de niño había abandonado España con sus padres por cuestiones de persecución política e ideológicas. Esta persona, ya jubilada, me contó que con la experiencia que tenía como profesor de Historia estaba en condiciones de aseverar que lo que estaba en proyecto en y para un futuro próximo – hoy ya -, en los colegios, institutos y universidades de toda Europa era relegar la asignatura de Historia, e incluso la de filosofía, a un mínimo y a largo plazo cuasi hacerla desaparecer; me lo dijo así, tal cual, y también lo que él pensaba que eran los argumentos: Se tratará de que no haya memoria histórica de hechos ocurridos, que no haya un espacio al que acudir para buscar argumentos verídicos del por qué ocurre, habían ocurridos, casos concretos.
Así vemos, por ejemplo, cómo esta sociedad sigue, siempre fue así, hablando de la “Caída del Muro de Berlín” cuando lo hechos constatado es que esto no fue nunca una caída ni tan siquiera política sino un derribo bien planificado por las mismas potencias en conflicto que antes lo levantaron cuando las exigencias eran otras; la sociedad, ésta del “conocimiento”, apenas sabe que no sabe nada.
Nada ocurre por casualidad, y en todos los andares por mucho que se recorran distintos caminos siempre se llega a un mismo punto de llegada y que, casi siempre, era el previsible. El historial de todas las políticas de derechas españolas, desde siglos, gestionando desastres, naturales o provocados por la mano del hombre, es de una siniestra antología del terror con una forma calcada, digamos: El hundimiento del petrolero Prestige ocasionando la ruina de cientos de empresas, familias y contaminación en en el norte las costas de Galicia, Portugal y hasta las mismas playas de Asturia. La caída del avión Yak-42 con numerosos asesinatos de soldados españoles por negligencia ministeriales, el atentado del 11-M con cerca de 200 muertos en estación de Atotxa (Madrid), el descarrilamiento del tren en Valencia, el caso del Madrid Arena, Residencia de anciano en la pandemia (4791 asesinados por falta de atención sanitaria y ahora la Dana en Valencia con 230 personas que murieron (asesinadas) por negligencias políticas. De todo esto, aparte de si se condena o no a los responsables de los hechos, ¿qué sabrán, qué se sabrá, en un futuro por las siguientes generaciones, dónde cómo y quiénes escribirán de ello? Ninguno de estos casos fueron ni han sido aún aclarados judicialmente.
Ya lo dijo en su momento Valle de Inclán: ¿España? España es una aberración de la Historia de Europa.
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Autor:
Nkonek Almanorri (
Online) - Publicado: 12 de diciembre de 2025 a las 16:47
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 3
- Usuarios favoritos de este poema: MISHA lg, Mauro Enrique Lopez Z.

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