El sol caía sobre las colinas de Galilea... y el aire traía olor a pan recién horneado, y polvo de camino. Jesús caminaba despacio A su alrededor, hombres y mujeres lo seguían, en silencio, con esperanza… algunos buscando milagros, otros, solo una palabra.Entonces, un anciano se adelantó… sus manos temblaban, su voz era débil:
Anciano (voz quebrada):
—“Maestro… mi fe es poca. He orado, he pedido… pero mi corazón sigue dudando. :
—“¿Ves este grano?” (hace una pausa, como mostrándolo entre los dedos)
—“Es el más pequeño de todos… pero cuando cae en buena tierra, se vuelve árbol, y las aves hacen su nido entre sus ramas.” El anciano bajó la mirada. El Maestro siguió hablando, con esa voz que parecía venir del viento:
—“Si tu fe fuera como este grano… dirías a la montaña: muévete… y se movería. Porque no es el tamaño lo que hace la fe… sino la confianza de quien cree.”
Un niño se acercó corriendo, y le ofreció una piedra. )
Jesús (con ternura):
—“Entre la piedra y la semilla…” (muestra ambas en su mano)
—“Dios prefiere la semilla, porque aún dormida… guarda vida por dentro.”
Las mujeres lloraban en silencio. Los hombres miraban al suelo. Solo el canto de una alondra llenaba el aire. Jesús levantó el rostro hacia el cielo y dijo: Hablado)
—“Cuando el corazón crea sin ver… el Reino ya ha comenzado.”
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Autor:
antonio cuervo (
Offline) - Publicado: 12 de diciembre de 2025 a las 12:13
- Comentario del autor sobre el poema: Cuando el alma se atreve a confiar en lo invisible, Dios empieza a obrar en silencio.
- Categoría: Religioso
- Lecturas: 7
- Usuarios favoritos de este poema: racsonando

Offline)
Comentarios2
Muy cierto Antonio la fe solo se siente en el corazón, me gustó leerte, bendiciones
Precioso, pero no encuentro el tipo de rima jajajja
Saludos¡
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