Transitar el asco

John David

Aunque me duele admitirlo,
muchas veces me he dado asco.
Uno puede ser templo o cárcel,
y el cortisol sabe cuántas veces he sido cárcel,
una, cuatro, ocho, incontables.

Me miro al espejo con el pulso debilitado,
con la virtud amordazada,
con el brillo de los ojos difunto,
y sé que me lo debo,
me debo misericordia,
una pizca de misericordia.

No puedo ser perfecto,
no es mandato dado;
los dobleces y asperezas son parte,
aun cuando se yuxtaponen con lo que odio.

Esa falta de armonía, de concordancia,
abrazar el dolor, regocijarse en el lodo,
atravesar la maldad hasta empaparse el alma,
alma esquiva, cerebro dopaminérgico, cuerpo sedado.


Y en el fondo, sumergirse en el dolor es querer confundirse con él.
El dolor lleva al dolor;
es la insatisfacción, el estrés mal manejado, la tensión,
la maldita tensión en la sien que no se va.

Qué niñato, rol de víctima en la esfera aparentemente privilegiada,
corrupción del azar,
se ha podrido el reflejo.

Esperaré sollozando en esta miserable esquina,
esperando a que ese otro David,
ese que no soy,
ese nombre que no soy,
se digne a venirme a rescatar.

  • Autor: John David (Offline Offline)
  • Publicado: 12 de diciembre de 2025 a las 09:30
  • Categoría: Reflexión
  • Lecturas: 1
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.