MIS HERIDAS INVISIBLES  

Yo he dicho, que mis poemas. No son una antología de mis amores, ni reflejan mi forma de amar y sufrir una decepción, un abandono. Cada poeta escoge su ruta por donde quiere que su producción literaria quiere que transite y yo encontré la vereda que Cesar Vallejo dejo y los atajos retomados por Benedetti y me encaminan a un gozo en cada letra escrita, también por Neruda.

Tengo una cualidad innata de leer la conducta de las personas, a veces hasta creo saber lo que pasa por su corazón y eso es lo que mi pluma capta cada vez que aterriza en una hoja. Cuando estoy pulsando mi guitarra y mi perro adivinando mis pensamientos gruñe, entonces destapan mis letras y se desbocan hacia la hoja y con ardiente subjetividad escribo mis letras como lamento

¿Qué si he tenido decepciones? ¿Que si hubo madrugadas de naufragio? ¿Noches de dolor intenso?... Y esas heridas que no se ven, pero duelen como operación a corazón abierto sin anestesia. Si las he tenido y aunque son invisibles, puedo ponerle fecha a cada una y decir cual poema sanó esa herida, pero también me he reservado el derecho a su lectura, a pocos amores

Todos los demás poemas, son heridas ajenas, los leí en transeúntes abandonados, en el café nocturno mientras canto dardos al corazón, en pláticas de amigos o simplemente encontrados ahí como letras sin penas buscando una hoja donde reposar para la eternidad, esos dolores ajenos son los que te llenan de temor al leerme y causan confusión al saludarte cada mañana.

Reconcíliate con tu impulso, con los mensajes que el corazón manda a tu cerebro ,quita el freno de tu vida y no temas, conocerme. Un amigo, como los que tienes muchos, no te compromete a nada, es solo una flor que nace en el jardín de tu vida y que cada mañana te dirá que la vida sigue esperando en una mesa de café. No permitas que este se enfríe. El destino no llama dos veces.

LENNOX

EL QUETZAL EN VUELO