Eterna danza del existir.

Si más allá de la muerte,
más allá del apego,
y más allá del yo…

Todo movimiento depende del siguiente para avanzar,
en un camino sin fin;
y aun así, cada paso cuenta,
si no se repite ni gira sobre sí mismo.

¿Toda forma de vida,
planeta, estrella, galaxia,
vasto universo y más allá,
está entrelazada en una danza
de interacción,
una eternidad inexplicable…
de energía en movimiento?

Si como cada estrella,
cuyo fulgor depende de la fusión
de sus propias partes,
nada existe solo por sí mismo,

¿entonces esta interacción
puede ser la regla,
el motor que impulsa al cosmos,
la causa y el motivo
que mantiene todo en movimiento…?

¡El mismo corazón del universo!

De ser así,
¿estoy yo ahora aquí escribiendo,
y tú ahí leyendo…?

O es la misma energía
que nos mantiene en vida,
en interacción,
en una misma danza universal.

Ya que lo único que existe —según
percibimos el tiempo— es el presente,
¿qué otra cosa es,
sino el futuro tejiendo y destejiendo
el pasado, una y otra vez?

¿Podemos estar despiertos
en cuerpo, mente y alma,
plenamente en él?

Tal vez ahí resida la clave:
la conciencia plena, unida al universo
al que se pertenece,
donde todo está conectado a algo…

Más allá de la muerte,
más allá del apego,
y más allá del yo.