Mis manos tiemblan
al escuchar el susurro
de tu piel cuando mis dedos
acarician tu espalda.
Mis labios se
entreabren insaciables,
muertos de sed, sed que
provoca en mi el dulce
rozar de tus pezones
erguidos como montañas
al roce de.mis labios.
Mis ojos, se embrujan
ante cada curva
de tu cuerpo, cada rincón
de tu piel brillante
como sol de mediodía,
es una invitación
a besar todo tu cuerpo
sin apuros y sin prisas.
Todo mi cuerpo grita
tu nombre,
todo mi ser sabe que
solo teniéndote cerca
puede sentir la alegría
de vivir.
El Quijote de la Rosa š¹
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Autor:
El Quijote de la Rosaš¹ (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 10 de diciembre de 2025 a las 16:21
- CategorĆa: Sin clasificar
- Lecturas: 2
- Usuarios favoritos de este poema: Carlos Baldelomar

Offline)
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