El caminante

Jorge L Amarillo

He caminado mi vida entre mediocres

y solo conseguí la mediocridad,

he perdido a mis tiempos mejores

y solo me quedé envuelto en la soledad.

 

He muerto sin la necesidad de flores

y he vivido sin tener que respirar,

mujeres que he olvidado sus nombres

y no conseguí que ninguna me pudiera amar.

 

Caminé con la luna por mil noches

jugué con mi sombra en la oscuridad,

supe de silencios y de mudas traiciones

pero luego yo también aprendí a traicionar.

 

Me alejé de pecados y de feas tentaciones

conseguí la pureza al momento de soñar,

me recuperé de todas mis frustraciones

y puse todas mis fuerzas tan solo en poder llegar.

 

Sembré a mi alma de verdaderas emociones

llevé a mis ojos para que vean el mar,

ví al tiempo más allá de los simples relojes

y en ese tiempo tan solo yo aprendí a viajar.

 

Probé de la vida los amargos sabores

de ver a la lluvia detrás de un cristal,

tuve miedo de todas mis limitaciones

y que el mundo me fuera dejando detrás.

 

Fui rebelde y aún no entiendo las razones

por las que algo me impidió brillar,

en cada ausencia yo asimilaba los golpes

por donde el destino me hacía simplemente pasar.

 

Traté de ser medido con mis propias ambiciones

en el juego tan solo yo aprendí a jugar,

siempre perseguí mi propio horizonte

y no escuché a quien no me sabía escuchar.

 

Compartí mi pan con demasiados pobres

que como yo buscaban su oportunidad,

viví las guerras miserables de los hombres

y en mis versos busqué a mi propia paz.

 

Ahora que la vejez va apagando a los soles

cuando la muerte me advierte que pronto ha de llegar,

me acuerdo de que me acerqué a religiones

pero a Dios yo no lo supe encontrar.

 

Mi historia continúa sin saber dónde

mi huella ya su huella no ha de dibujar,

allí donde mi espíritu se irá sin reproches

¡Yo estoy feliz de esto, dónde pude llegar!

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