Te devuelvo las alas

En la inmensidad del cielo busco un ángel sin alas...
Los dolores de la vida ya han cesado...
Llevo en mis brazos algo que robé y quiero devolver donde estaba,
es un par de alas que en tierra he cortado,
se las corté a un ángel que dentro mío llevaba,
un ángel que engendré, y a volar no le he enseñado...
Era mi hijo... Pero no lo dejé nacer...
Fui egoísta quizás, pero perdí la razón
quise decidir sobre la vida tal vez...
Esa vida que perdimos los dos...
Lo busqué por todo el cielo y no lo encontré,
hasta que cuatro fonemas debutaron en mi tímpano y su garganta:
“Mamá”... y me abrazó con su mirada de miel y café.
El rocío me recordó el dolor de la despedida y sus lágrimas.
La ilusión desdibujada en sus ojos preguntaba por qué.
¿Cómo explicarle lo de mi enfermedad?
¿Cómo explicarle que estaba aquí por él?
...que no tenía sentido nacer...
...para después morir en soledad...
...Te devuelvo tus alas... te enseñaré a volar...
Y juntos recorreremos el Edén...
Pero Mamá... ¿Por qué no me dejaste crecer?
Me preguntó con su hilo de voz aún quebrado...
¿Por qué me mataste antes de nacer?
La felicidad herida aún, buscaba resurgir de mis entrañas
No, hijo -respondí- yo no te maté
...Estoy aquí porque me quité la vida, antes que quitártela...