Hoy recuerdo a mi viejo perro Trotsky,
echado en el solar sin poder levantarse,
la vejez de los perros le llegó de repente,
sin previo aviso, a mi viejo perro Trotsky
Solíamos jugar persiguiendo a las torcazas,
él era un cachorro, yo, un adolescente
Nunca pudimos alcanzarlas pero lo intentábamos,,
después de todo, así era mejor... no moría nadie
Después, el otoño le llegó a mi viejo perro Trotsky
y su vista se nubló mirando las distancias sin recorrer
Tenía que alimentarlo como cuando estaba cachorro,
él me agradecía, lamiendo mi mano tristemente
Cuánto me duele haberte maltratado, mi viejo perro Trotsky,
cuando él estaba cachorro y yo era un adolescente
Ese golpe, de golpe me ha quedado,
en mi memoria como una vieja herida
No sé si los perros van al cielo,
pero allá quiero encontrarte, mi viejo perro Trotsky
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Autor:
Antonio_cuello (
Offline) - Publicado: 8 de diciembre de 2025 a las 10:29
- Categoría: Perdón
- Lecturas: 2
- Usuarios favoritos de este poema: Hernán J. Moreyra

Offline)
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