Marchan tropas a tu casa, ninguno sale sin consuelo; tu extensa gracia abarca cada corazón. Nadie desfallecerá de sueño, ni la fatiga o cansancio los abrazará. Tu potencia, más que mil soles, misericordia antes que juicio, la luz que brilla de tu seno. Alto y sublime; oh Padre de eternidad! Lleno está tu corazón de bondad; ¿Quién puede soportar tu pureza? Limpios son tus vestidos desde siempre y por siglos sin fin. Mi casa es pobre, guardo todas las riquezas allá. Soy indigno de tu amor, son como ríos que llenan los estanques. Busco tu rostro en esta oscuridad y brilla tu indignación por mi pecado. Borra mi maldad y pon tu luz, la sabiduría y la inteligencia de tu verdad.
-
Autor:
Eliseo J Benitez (
Offline) - Publicado: 8 de diciembre de 2025 a las 07:38
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 13
- Usuarios favoritos de este poema: Hernán J. Moreyra, benchy43, Mauro Enrique Lopez Z., ElidethAbreu, EmilianoDR, alicia perez hernandez

Offline)
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.