Las frías perlas adornan la ventana;
hay un sol enardecido, hay un viento débil,
hay un sucio harapo que cuelga
en el tendedero, sonriéndoles a las hadas:
Después de mucho pensar en las circunstancias,
hay chacales que invaden el bosque;
hijos que despiertan las más grandes pasiones
y padres que se emborrachan al caer la noche.
Porque las festividades en invierno son tumbas
desnudas, y las almas llegan en busca de consuelo.
Las almas buscan refugio en el aire masticable
en el día pálido, o simple con el sol de invierno.
Ese que atrapa la memoria en las calles
que deambulan sonámbulos,
que fingen sonrisas; acto de sumisión,
acto de vergüenza, acto de simple rabia.
Detrás de los escombros que perfilan sus líneas
en poderosas batallas, que detonan la perfidia
y sucumben al hastío, yo me detengo allí
bajo el incendio disfrazado de aurora.
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Autor:
El rey pálido (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 8 de diciembre de 2025 a las 02:06
- Categoría: Triste
- Lecturas: 18
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa, Mauro Enrique Lopez Z., mauro marte, alicia perez hernandez

Offline)
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