Placer y ahogo, palpitaciones y vacío: nombres sucesivos de un mismo rostro cambiante. Tormento, pesimismo, pesar; decepción, remordimiento, rechazo: como estaciones de un antiguo itinerario cuyo mapa he perdido. Sufrimiento, congoja, disgusto; añoranza, humillación, depresión: sombras que se confunden entre sí, como si el tiempo —ese otro verdugo— se complaciera en mezclarlas.
Suplicio, culpa, aislamiento; derrota y melancolía: acaso los viejos dioses que aún gobiernan mi vigilia. Desánimo, lástima. Desesperación, infelicidad. Dolor, desaliento, arrepentimiento. Soledad, inseguridad, ansiedad: palabras que alguna vez creí ajenas y hoy reconozco como familiares, casi necesarias.
Sin oportunidad, sin la fuerza de enfrentar estas modulaciones del espíritu, comprendí la certidumbre —ya irrefutable— de mi irresponsabilidad. Y ellos, esos estados que nombro y que me nombran, retorcieron mis recuerdos y mis sueños como a un trapo empapado, hasta que la tinta —esa humilde sangre del pensamiento— cayó sobre el papel.
En unos pocos segundos, quizá ninguno, mi mano dibujó unos signos torpes, unidos como quien busca una salida en un laberinto. Y en ese gesto involuntario, sin intención ni propósito, se abrió el portal de mi última voluntad.
Escribir.
Fernando Guerra
07 12 2025
-
Autor:
Fernando Guerra (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 7 de diciembre de 2025 a las 01:55
- Categoría: Cuento
- Lecturas: 3
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez

Offline)
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.