Hoy desperté con una sensación distinta. No sabría llamarla alivio, pero sí una especie de espacio, como si algo dentro de mí hubiera retrocedido medio paso. No fue un gesto grande, no hubo revelación ni claridad repentina. Solo la impresión exacta de que el peso que me acompañaba desde hace tanto ya no presionaba con la misma fuerza.
Es extraño notar cuando algo deja de apretar. A veces uno vive tan acostumbrado al dolor que cuando afloja no se reconoce la diferencia, solo un pequeño movimiento interno, una respiración que entra sin pedir permiso, un músculo que deja de temblar.
Eso sentí hoy.
No diría que la tormenta terminó, sigue en algún lugar, lo sé por la humedad silenciosa que queda en mi pecho, por esa sombra que todavía se acomoda en los bordes de mi respiración. Pero ya no me atraviesa como antes. Ahora se siente… más lejos. Como si yo hubiera dado un paso hacia afuera sin darme cuenta.
Al abrir los ojos, por primera vez en mucho tiempo, no tuve que prepararme para resistir. Solo respiré. No hubo lucha, no hubo anticipación. Solo aire entrando, saliendo, haciendo su trabajo simple, casi olvidado.
Y en ese gesto mínimo o quizá en esa ausencia de gesto entendí que algo en mí había comenzado a cambiar. No hacia la alegría, no hacia la luz, no hacia ninguna promesa grandiosa, solo hacia un poco más de espacio. Un espacio donde puedo mover el pecho sin sentir que algo me muerde por dentro.
-
Autor:
Bruno Gatica 1 (
Offline) - Publicado: 7 de diciembre de 2025 a las 01:20
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 1

Offline)
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.