Deméter, un hombre de 1.80 de estatura, complexión robusta, cabello rubio y ojos azules, y Marie, de mediana estatura, esbelta, con cabello rubio y ojos verdes, habían huido a México. Escaparon de la profunda crisis financiera y la desigualdad social que siguió al gran tumulto en Europa a finales del siglo XVIII. México les ofreció refugio y la promesa de una vida tranquila.
Deméter se dedicó de lleno a la siembra y a la ganadería, y en pocos años fundó la hacienda a la que bautizó "Cerros Blancos". Tuvieron tres hijos pequeños, a quienes Marie se encargaba de enseñar a leer y a escribir. Aunque "Cerros Blancos" era una tierra árida y sus escasos habitantes luchaban por sobrevivir en la escasez, la hacienda pronto se convirtió en la principal fuente de empleo de la región.
Con el paso del tiempo, el lugar prosperó y Sébastien, el primogénito, se casó con Ana, una joven campesina que laboraba en la hacienda. Juntos formaron una gran familia, procreando siete hijos.
Una mañana, la paz se rompió cuando un peón corrió a avisar que los federales rodeaban la casa. Deméter fue denunciado por cuatrerismo por su cuñado, Onésimo. Consumido por la envidia y con conexiones en el gobierno, Onésimo, sin presentar prueba alguna, logró que su palabra valiera más que la inocencia de Deméter, quien había amasado una gran fortuna en lingotes de oro a base de trabajo honesto como agricultor y ganadero.
Deméter fue sentenciado a tres años de prisión y trasladado al penal de Matehuala, San Luis Potosí. Mientras tanto, Marie intentó sacar la hacienda adelante junto a sus hijos y peones. Sin embargo, el dolor y las preocupaciones minaron su salud; Marie se consumió rápidamente hasta su fallecimiento.
La noticia destrozó a Deméter, quien, desde el encierro, comenzó a albergar un odio profundo hacia su cuñado. Culpó a Onésimo por la muerte de su esposa y solo pensaba en estar libre para enfrentar a aquel hombre despiadado, cuyo único objetivo era verlo hundido.
Cumplidos los tres años, Deméter fue puesto en libertad. Libre, pero desolado, decidió vender la hacienda y trasladarse a San Luis Potosí, determinado a encontrar a su cuñado. Utilizó gran parte de la fortuna amasada en lingotes de oro para asegurar el futuro de sus hijos menores y financiar su inquebrantable búsqueda. Sébastien, el mayor de sus hijos, decidió quedarse en "Cerros Blancos" con Ana y sus siete hijos. Tan trabajador como su padre, pronto se hizo de trescientas cabezas de ganado y una extensa milpa, sembrando maíz y frijol según la temporada.
Deméter dedicó su vida a la búsqueda del cobarde Onésimo. La vida, caprichosa, los reunió de manera inesperada durante las fiestas de un pueblo cercano a San Luis Potosí. Deméter superaba en estatura a Onésimo, quien, al verlo, intentó huir desesperadamente. En su pánico, tropezó y cayó con todo su peso, golpeándose la cabeza contra una roca.
El destino había ejecutado una justicia casual. Deméter, en lugar de sentir satisfacción, solo experimentó una profunda piedad por el hombre miserable que yacía en el suelo. Comprendió que la venganza no era un camino y que la vida misma se encargaría, siempre, de poner a cada quien en su lugar.
Autora : Ma. Gloria Carreón Zapata.
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Autor:
Poetaymusadelared (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 6 de diciembre de 2025 a las 18:33
- Categoría: Reflexión
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