Me perdono.
No como quien se absuelve sin mirar,
sino como quien sabe lo que hizo
y aún así,
se arrodilla ante su alma herida
y la abraza.
Me perdono
por las veces que callé lo que era cierto,
por los gestos que dolieron
y las palabras que no supe pronunciar.
Por dejarme caer
y no tenderme la mano.
Por exigirme ser perfecto
cuando solo necesitaba ser humano.
Me perdono
sin borrar lo vivido,
pero decidiendo no seguir cargándolo
como una cruz que ya no enseña.
Porque entendí que culparme
no cura a nadie.
Y castigarme
no devuelve lo que fue.
Me perdono
porque mi alma vino a recordar,
no a condenarse.
Porque si no aprendo a mirarme con compasión,
seguiré repitiendo las mismas sombras
una y otra vez.
Y yo ya no quiero más sombras.
Quiero ser raíz,
agua limpia,
fuego que alumbra
y no quema.
Por eso hoy,
en voz baja,
en esta esquina del tiempo
y del alma,
me digo:
“Te perdono.
Ahora, camina.
Pero camina con luz.”
Antonio Portillo Spinola
-
Autor:
Spinoport (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 6 de diciembre de 2025 a las 08:08
- Comentario del autor sobre el poema: Una mirada hacia dentro
- Categoría: Perdón
- Lecturas: 4
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., racsonando

Offline)
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.