No solo es belleza, la esbelta figura,
es un desafío, una voz en el viento,
en cada flanco; la roca que perdura,
llama al que busca vencer el tormento.
De la aldea Pangboche, se alza el perfil,
una aguja de fe que corta las nubes,
y el alpinista mira, con temple febril,
sabe que al tocarte, con alma lo subes.
El hielo es cristal, la pared es vertical,
la arista suroeste, un reto implacable,
cada paso es mantra, cada clavo es vital,
luchando en la zona del aire inestable.
El glaciar colgante, Dablam el temido,
aguarda en silencio, amenaza latente,
rezas a la madre, dulce Ama, un gemido
para que guíe al cuerpo y a la mente.
Se deja la tierra, se abraza la altura,
se enfrenta al vacío, el cuerpo y su sombra,
no hay mayor premio que la gran hermosura
de sentir la cumbre y ver, que asombra.
Y al bajar, el alma trae el eco de un vuelo,
el corazón guarda la fuerza y la calma;
Ama Dablam, de roca y de cielo,
la montaña que forja y enamora el alma.
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Autor:
Leoness (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 5 de diciembre de 2025 a las 11:39
- Categoría: Naturaleza
- Lecturas: 1

Offline)
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