Corazón sin guía

¿Amar…?
Amaba hasta nombrar cada lunar de su cuerpo.
Mi alma pedía a gritos que le dejara de amar…
pero mi corazón seguía latiendo,
buscando siquiera una pizca de su amor.

No es fácil terminar una relación.
Por más que el alma lo implore,
el corazón rehúye a la razón,
prefiere quedarse embobado
en una relación donde ni siquiera se le valora.

No digo que esté mal amar,
pero antes de entregar el corazón,
hay que asegurarse de que la razón pueda guiarlo,
para no perderse en un sentimiento
ciego y vendado.

Así que…
no me hables de amar,
cuando lo di todo sin pensar,
cuando amé hasta lo que no debía,
cuando mi corazón se ofreció entero
y aún así quedó vacío y sin vida.