Historia que se escribe de amor...

Historia que se escribe de amor...

Hay tanto de ti en mí,
sólo abro la ventana verde y me lleva a ti.
Y el olor de tu cabello se queda en mis manos,
tu mirada ¡ah tu mirada! me controla y me gusta,
me dice mucho tu mirada... 
Sé cuando estás de buenas o de malas, 
enfermo, molesto, celoso y enfadado, 
y siempre sé dónde estás... 
un foco verde me indica el camino para saberte.
Pero yo espero tus besos porque son mi alimento
me muero de hambre sin tus besos.
Si algo que me roba el sueño cuando te vas
es una despedida sin tus besos
me quedo pensando... 
¿Y ahora qué hice? 
Hay tanto de ti en mí... 
En tus fotos allí es donde veo tus gestos, 
tus miedos, tus gustos, tus actitudes, 
tus enojos, tus cambios de humor conmigo, 
hay tanto de ti en mí, que te admiro como poeta, 
como hombre y como papá,
eres un excelente papá y un gran abuelo.
he aprendido mucho de ti, eres respetuoso, educado, 
conservador y te aferras a tu manera de pensar
a lo que crees y como crees.
Te respeto y te admiro eres una gran persona,
y siempre logras tus objetivos...
No permitas que nadie desestime tu poesía,
ni tú nombre, eres único.

No hay otro como tú mi poeta Te amo!
Amo todo de ti, he aprendido de ti todo el tiempo
que estuve cerca de ti, eres un ser maravilloso.
Tienes mi respeto y admiración porque me gusta
como eres y eres, y eres el hombre que AAmo!
y amaré todos los días de mi vida...
Eres el hombre perfecto para mí, no te cambio por nada ni por nadie.
eres increíblemente sorprendente y así te amo!!
¡Te Amo, amor! yo destruiré esa muralla que me separa de ti.

Alicia Pérez Hernández.... México 
No es la pluma la que escribe, es el alma
Todos los derechos reservados©

LA MURALLA DE MI RUINA

​Si tan solo supieras el amor que guardo,

te alejarías, no por sentirte indigna, sino por el miedo.

​Me convertiría en el cataclismo que quebraría tu mente.

Tu mirada no aguantaría la intensidad, se haría añicos.

​Si pudieras medir la pasión resguardada,

tu corazón no se desbordaría: se haría polvo.

​Pero te detienes, me miras, y aún así,

no comprendes que mi silencio es la única muralla que te separa de mi ruina.

Álvaro s.