El hombre, los bienes materiales y la felicidad.

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Titulo: El hombre, los bienes materiales y la felicidad.

Autor: Jorge Serra.

Empezaba a despertar el día y la luz del sol empezaba a entrar por la ventana de Javier fuentes, de 26 años, piel blanca, de mediana estatura, y de músculos fuertes en los brazos debido a su trabajo diario. El cuál al sentir los ruidos de la calle,  rápidamente se levantó de la cama, se vistió con su ropa de trabajo, un pantalón, pulover, se puso las medias, los zapatos y se fue para la calle para realizar su trabajo diario, que era el de hacer sofas, sillas, colchones y a veces trabajos de tapicería en un taller.
Ese día después de caminar tres cuadras, llegó finalmente llegó a su puesto de trabajo, le esperaba por hacer un pequeño sofá, es decir solo tenía que arreglarle algunos muelles sueltos, y luego ponerle guata por dentro de la armazón, para después con una tela de color azul, forrar el sofá, que según le dijo el dueño era de el cuando era niño.

Por lo que puso manos a la obra y despues de 2 horas, a eso de la una de la tarde ya tenía casi terminado el trabajo, solo le faltaba por darle las respectivas puntadas con hilo a la tela, y de esa manera terminar de coser la tela por sus bordes, para así darle el último acabado al mueble.

Mientras estaba realizando este mueble sentía que este trabajo que realizaba desde hacía 6 meses, le reportaba dinero, pero en ocasiones no quería hacerlo, por que quería estudiar una carrera universitaria, ampliar su horizonte, ser algo así, como un ingeniero, un abogado o un doctor que diagnostique y cure enfermedades.
Pero bueno de algo tenía que vivir el hombre, sino trabaja iba a pasar hambre y alguna necesidad, tendría que depender de sus padres económicamente, por lo que eso de estudiar en la universidad lo dejo en su mente como una meta futura por cumplir, así que no se calentó la cabeza mucho con ese tema.

Al terminar el día a eso de las cuatro de la tarde, deja en el taller el sofá que había hecho, con la promesa hecha del dueño del sofá, de pagarle al otro día, antes de irse Javier se pone a hablar con Reinando medina, un hombre que lo conocía de antes,  y se veia que le tenia valor a las cosas de su juventud, aunque era más viejo que el en edad, el hombre tenía 47 años, y conocía de muchos trabajos a lo largo de su vida, dice que cuando era joven estudio para ser médico, pero que también trabajo en el campo de agricultor, también fue constructor, pero que al final se hizo médico, y ha estado toda su vida en este oficio , para el cual hay que tener vocación, y querer ayudar a la gente desde el punto de vista médico, si ve a alguien enfermo, el doctor quiere saber que enfermedad tiene el paciente, diagnosticarlo a tiempo y ponerle un tratamiento curativo.

Bueno y estando hablando con Reinaldo le dice de su deseo de tener otro empleo, de estudiar para ser ingeniero, o ser médico, y la posibilidad de que este trabajo le cambie su nivel de vida, pueda tener más bienes, como comprarse un automóvil, o una casa nueva.

Después de oír detenidamente a Javier, el médico reinando le dice que como el, existen otras personas, que piensan como el, y que la verdadera felicidad a veces no está en la acumulación de cosas materiales, sino en la espiritualidad, y en el deseo de ser felices con lo que se tiene, acuérdate que no sólo de pan vive el hombre, como dice la biblia. Y para terminar me dijo que no me desanimara, y me dijo una frase de un filósofo antiguo, que se llamaba Epicuro, que dice así,  La felicidad no depende de la cantidad de bienes, sino de la tranquilidad del alma.

Después de esto Javier se sintió mejor, y entendió mejor lo que le sucedía, por lo que le agradeció a Reinaldo su explicación , y todo el tiempo que le dedico ese día, al irse reinando le dijo que el fue joven, igual que el, y que entendía lo que decía, y que todo tenia solución, mientras halla esperanzas, por lo que se despidió con un hasta luego, y se llevó su sofá.

Al rato cuando iba de camino para su casa se encuentra a su novia Mónica, quien al verlo lo saluda, lo llama con la mano y le dice que lo invita a tomar un refresco en la cafetería de la esquina, al estar tomándose su refresco Javier se da cuenta que no tenia dinero para pagar, pero bueno se reprochó por un minuto que si habría estudiado en la universidad,  tal vez ahora tuviera dinero, un carro, una casa para el y su novia, en fin que tuviera más bienes, y no tendría que estar trabajando de tapicero en un taller, haciendo y remodelando muebles viejos y sofas de hace 50 años.

Al mirar a Mónica le dice que no tiene ni un peso en el bolsillo, y ella le dice que iba a pagar la merienda, que no se preocupara, que quitara esa cara de preocupación.
Mónica una mujer de 27 años, blanca, de piel blanca, pelo trigueño, y cara bonita, que además estudio en la universidad, era ingeniera,  y el trabajo que hacia le daba un sueldo aceptable, que le sobraba para vivir una vida normal, aunque no tenia ni automovil, ni casa, solo un novio algo inconforme, bueno después que sale de la cafetería, se da cuenta que Javier estaba diferente, como que no quería hablar, por lo que Mónica le dice
_ Javier que te pasa que te veo un poco callado, estas como preocupado por algo?
_ no es nada , es que hoy estuve en el trabajando en el taller, y me puse a pensar que hubiera sido de mi, si hubiera estudiado, y me hubiera hecho un ingeniero o un doctor.
_ pues no se que hubiera sido de ti, tal vez estarias en otro pais trabajando, o tuvieras un empleo mejor, a que viene eso ahora, le dijo Mónica.
_ El asunto es que hoy paso un hombre por el taller, y me empezó a hablar sobre la gente que busca en la vida la felicida. Dijo Javier.
_ y tu ya encontraste la felicidad en tu vida Javier, le pregunto Mónica.
_ bueno eso es lo que me tiene pensativo, por que creo que me falta algo, como cosas materiales y ser un ingeniero como te comenté anteriormente, dijo Javier.
_bueno yo creo que tu estás en tu dilema espiritual en estos momentos, que se puede resolver, y que te dijo el hombre del sofá, que te dejo tan pensativo.
_ pues me dijo que la felicidad depende más de las cosas espirituales que de las cosas materiales, pero que ambas son importantes enmla vida, y al final me dijo una frase de un filósofo que se llamaba Epicuro, que decía así, : La felicidad no depende de la cantidad de bienes, sino de la tranquilidad del alma.

Mónica después de escuchar la frase de epicuro y la otra explicación que le dio Reinaldo, le comento que el señor del sofa tenía mucha razón en lo que decía, que le hiciera caso en todo lo que le dijo, que analizará bien toda su explicación. Para después decirle que se fijará en ella, en Du novia que lo quería, y lo hacía feliz, con sus besos, y palabras dulces, y Javier después de esto como que se le aclararon más sus pensamientos.
Luego Mónica le dijo a Javier que la mirara bien, que viera su cuerpo hermos de mujer y su cara bella, que tenía una frase para el también, decía así...
Ves esta mujer de nombre monica que está frente a ti, pues yo soy la felicidad que necesitas, la que te da amor en las noches frías...
Y luego ambos se dieron se dieron un beso y un abrazo, para asi finalizar el día.

 

 

  • Autor: jorg serra (Online Online)
  • Publicado: 1 de diciembre de 2025 a las 20:13
  • Categoría: Cuento
  • Lecturas: 1
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