Yo solo soy un niño (PARTE II)

Yo solo soy un niño.
todos creen que no entiendo nada.
Que porque juego,
porque río,
porque tengo manos pequeñas,
no veo,
no escucho,
no huelo las emociones en el aire.

Pero sí.
Sí entiendo.
Mucho más de lo que quieren admitir.

Mi mamá dice que está bien.
Siempre está “bien”.
Lo dice con los dientes apretados,
con los ojos cansados,
con el corazón arrugado.
Yo sé que no está bien.
Yo sé cuando tiembla,
cuando grita sin querer,
cuando me pide que me porte bien
como si la vida se le fuera en eso.

Mi papá…
mi papá es diferente.
No está conmigo siempre,
pero cuando llega
mi pecho descansa.
Mi cabeza deja de hacer ruido.
Mi miedo se esconde.
Mi rabia baja los brazos.
Con él siento que puedo respirar
sin culpa.
Con él no necesito gritar,
ni pegar,
ni esconderme detrás de mis berrinches.
Él me mira
como si yo valiera algo.
Como si yo fuera suficiente.
El otro día me dijo:
"No puedes hacer nada para que te quiera menos"
Al principio no lo entendí
Es un poco enredado
pero a el le puedo decir todo
lo que siento,
lo que quiero,
Lo que hago,
lo que pienso,
Y ahí entendí.
Entendi lo que quería decir.
Le puedo decir todo,
y me escucha
no me juzga,
me enseña
me corrige.

A veces me pregunto 
¿por qué no estamos los tres?
¿Por qué cuando lo nombro
a mi mamá se le aprieta la boca?,
se le achican los ojos
y dice que todo está bien.
Otra vez esa frase.
Esa mentirosa frase.
“Todo está bien”.

Pero yo vi cosas.
Vi cuando hablaban fuerte.
Vi cuando lloraba.
Vi cuando él se iba.
Vi cuando ella se iba.
Vi cuando yo quedaba al medio
como un juguete partido.
De una casa a otra.

Y ahora...
Un nombre aparece y desaparece,
que llama gritando,
que la mira como si fuera de él.
A mí no me mira.
Ni falta que hace.
No lo necesito.
No me gusta.
Huele a problemas.
Huele a algo que no entiendo
pero que me aprieta el pecho.
Él no es mi papá.
No lo será.
Ni aunque me lo pidan.
Ni aunque lo intenten.
Ni aunque yo quisiera.
No puedo.

A veces mi mamá me reclama cosas
que ella misma no sabe hacer.
Me dice que me porte bien,
pero yo solo estoy triste.
Triste como un niño que perdió algo
que ni siquiera entiende.
Mi mamá se enoja,
yo también.
Me pega la pena,
me pega el mundo.
Y yo,
que no tengo palabras para tanta cosa,
Hablo con las manos.

En el jardín dicen que golpeo.
Que hago daño.
Que soy difícil.
Pero nadie pregunta
qué cargo en la mochila invisible
que me cuelga del corazón.
Nadie pregunta
qué pasa cuando cierro los ojos
y escucho voces que pelean
aunque estén lejos.

Cuando estoy con mi papá,
él me enseña chistes,
me dice “eres valiente”,
me ayuda a peinar mis miedos
hasta que duermen.
Él me abraza fuerte,
pero no fuerte como los adultos que rompen,
sino fuerte como los adultos que sostienen.
Yo le creo todo.
Yo le creo siempre.
Con él no necesito ser perfecto.
Solo necesito ser su hijo.
Y me la puedo,
Me sale bien

Mi mamá me ama, lo sé.
La veo pelear contra su sombra
para darme algo mejor
de lo que ella tuvo.
Pero a veces pienso
que está perdida,
que busca amor en lugares
que a mí me dan miedo.
Que me mira
pero no me ve.
Que está viva
pero no está,
Siempre llega tarde,
Siempre esta apurada.
Yo trato le hablo,
Pero no me entiende.

Y yo…

yo solo soy un niño.
Un niño que quiere una familia
que no duela.
Una casa que no grite.
Una mamá que no se rompa.
Un papá que no desaparezca.
Un mundo donde yo no tenga que ser valiente
todo el tiempo.

Quiero reír sin miedo.
Quiero dormir sin escuchar puertas cerrándose.
Quiero crecer sin sentir que soy el problema.

Yo no pedí esta historia.
Yo no elegí este camino.
Yo no entiendo de parejas,
de ex,
de plata,
de celos,
de errores,
de culpas.
Yo solo entiendo de abrazos,
de voces suaves,
de manos seguras,
de amor que no se esconde.

Yo solo soy un niño.
Pero ya sé demasiado.

Y eso,
eso sí que duele.