BUSCO MUSA,,, ¿ACASO SOS VOS?

Busco una musa, que aliente mis versos, que me diga a donde debo voltear y encontrar las más bellas flores literarias y trasplantarlas a una hoja donde habitan todas mis historias de amor, nostalgia y olvido. Que me lleve a ponerle ese ropaje de los versos de Vallejo, el compromiso de los poemas de Benedetti. Quizá el olor de los poemas de Neruda aderezarlo con una canción.

Hasta hace muy poco, yo tenía una. Era perfecta con los defectos de una diosa griega, con gran facilidad en el manejo de las metáforas, nos escribíamos en lenguaje encriptado, Además que cada mañana me daba un puñado de notas, con su imagen, con sus letras y yo comentaba sus poemas, que leía con morbosidad silenciosa y en el día me traía en ese  lugar se su pensamiento.

Un día, amaneció nublado mi sueño, escuchaba débil su llamado. Sus versos se borraban de la pantalla, su imagen aparecía triste, como quetzal enjaulado, se desplumaba las alas con la que volábamos en esas noches de sueños astrales. Su risa era como el sonido que hace una moneda de tres dólares y la luz de sus ojos se apagaba. se estaba yendo y no me lo dijo, ¡pero lo sentí!

A veces jugábamos vencidas con la imaginación y el dolor. Ella encarnaba un brioso equino fuerte imaginario, resistiendo los vaivenes de una patria a la que le había entregado su alma y corazón la que amaba con pasión Martiana. Yo un ave milenaria, representativa de mi suelo, la cual prefería morir antes que vivir en cautiverio. Sin embargo, a ella le entregue mi total libertad.

Un día, cansado del susurro del pensamiento, los malos consejos de mi almohada y las ausencias de presencia en mis sueños. Fui a buscarla, sin decirle, tratando de sorprenderla y fui sorprendido; vague por sus playas, casi casi cante debajo de su ventana, perseguí su aroma, visite sus lugares. Era tarde para todo y temprano para ella que Iniciaba su vida en otro sueño.

LENNOX

EL QUETZAL EN VUELO