Poderosa, Dulce y Mía

Eres poderosa, mi amor, y en tu mirada
hay luz que vence toda sombra inesperada.
Eres la fuerza que me enseña a vivir,
la calma suave que me invita a seguir.

Te amo profundo, con todos mis días,
con todos mis sueños y mis alegrías.
Te amo en mis dudas, te amo en mi fe,
te amo en aquello que aún no se ve.

Tu sonrisa es magia, luz que me enciende,
un faro dulce que mi alma comprende.
Cuando sonríes, el mundo encaja,
mi pecho late, mi miedo baja.

A tu lado soy feliz, absolutamente,
tu presencia late fuerte en mi mente.
Contigo la vida tiene otro color,
se vuelve canto, ternura y calor.

Eres delicada como una flor que nace,
que aun con el viento firme se mantiene en su base.
Eres la brisa suave de la mañana,
caricia tibia, belleza temprana.

Y yo, que te miro con tanto fervor,
agradezco al destino por este amor.
Por tus manos que el mío buscan, serenas,
por tus abrazos que sanan mis penas.

Eres mi fuerza, mi paz, mi alegría,
mi pensamiento al iniciar el día.
Te llevo en el alma, en cada latido,
en cada sueño que guardo escondido.

Si supieras, amor, cuánto te amo,
cuánto te pienso, cuánto te espero.
Eres mi vida, mi luz, mi canción,
mi más grande y eterna bendición.