Existen formas sutiles de morir, o así dicen.
¿O no es verdad que hay presencias que matan?
Suspiros largos de noches decandentes, esas mismas
que pueden quizás, masacrar almas enamoradas
con recuerdos inhóspitos de amores sin vida.
Una presencia puede doler tanto como una ausencia.
Al menos la ausencia duele porque había algo,
Quizá un recuerdo, quizá una caricia. Pero las presencias
matan un poco más; ahogan un poco más.
Se puede desfallecer de presencias, caer de rodillas.
¿O no es verdad el dolor de amores sin punto de partida?
Puede ser, que una noche dejemos de estar muertos,
que una noche el dolor pueda pasar; pero por ahora sé
que hay presencias que impactan, incertidumbres que afligen,
y hay amores que matan.

Offline)
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.