Memoria El La Acera Fria.

Yoleisy Saldana

Te vi ayer caminar en medio del tráfico,
como un susurro perdido entre el ruido del mundo.
Un carro lleno de historias mal contadas
pasaba a tu lado,
pero eras tú quien cargaba la verdadera memoria:
ese peso invisible
que sólo conocen las almas que han vivido demasiado.

Tu pelo, blanco y lleno de canas,
era el reflejo de una vida
que se fue apagando en el ocaso de los días.
Y tu rostro, marcado por arrugas profundas,
contaba sin palabras
la historia de un corazón cansado,
herido por los años
y por todo lo que nunca se dijo.

Te vi batallando entre los semáforos,
entre luces que cambiaban sin esperarte,
como si fueras un fragmento de tiempo
extraviado en una ciudad
que ya no te reconoce.
Caminabas lento,
pero firme,
como quien avanza sostenido
por los restos de lo que alguna vez fue.

Te vi ayer caminar en medio del tráfico,
como un susurro perdido entre el ruido del mundo.
Un carro lleno de historias mal contadas
pasaba a tu lado,
pero eras tú quien cargaba la verdadera memoria:
ese peso invisible
que sólo conocen las almas que han vivido demasiado.

Tu pelo, blanco y lleno de canas,
era el reflejo de una vida
que se fue apagando en el ocaso de los días.
Y tu rostro, marcado por arrugas profundas,
contaba sin palabras
la historia de un corazón cansado,
herido por los años
y por todo lo que nunca se dijo.

Te vi batallando entre los semáforos,
entre luces que cambiaban sin esperarte,
como si fueras un fragmento de tiempo
extraviado en una ciudad
que ya no te reconoce.
Caminabas lento,
pero firme,
como quien avanza sostenido
por los restos de lo que alguna vez fue.

Allí estabas tú,
ajeno a las circunstancias,
viviendo de un recuerdo lejano,
de una vida que quizás sólo existe ya
en tu memoria.

Sonreíste levemente,
y en tus ojos entristecidos
vi el eco de un adiós no pronunciado,
el rastro de una historia
que se marchó sin avisar
y que se llevó consigo
la mejor parte de quien fuiste alguna vez.

Y así sigues,
viviendo entre la secuela
de lo que un día fuiste,
mientras el tiempo te arrastra
de vuelta a tu propia sombra,
quedándote atrapado
en tu historia detenida,
como una memoria viva
sin resonancia,
sentada en la acera fría.

 

 

 

  • Autor: Poemas De Una Mente Joven. (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 23 de noviembre de 2025 a las 13:14
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 3
  • Usuarios favoritos de este poema: Lualpri
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